Sentimientos

15 2 0
                                    

Así es como se siente la ausencia de tu amor, como un fantasma que se pasea por los corredores de la memoria, susurrando promesas rotas y sueños desvanecidos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Así es como se siente la ausencia de tu amor, como un fantasma que se pasea por los corredores de la memoria, susurrando promesas rotas y sueños desvanecidos.

Tu partida dejó un silencio ensordecedor, una calma inquietante que contrasta con el bullicio de los días compartidos.

Las risas que antes llenaban la casa se han transformado en ecos lejanos, y cada rincón del hogar parece guardar un pedazo de la historia que construimos juntos, ahora desmoronada como un castillo de arena arrastrado por la marea.

Intento aferrarme a los vestigios de tu presencia, a los susurros de tu voz que aún resuenan en mi mente, pero son solo sombras de lo que una vez fue.

En este laberinto de soledad, me descubro buscando respuestas en el horizonte, como si el viento pudiera traer de vuelta el aroma de tu piel y la calidez de tus abrazos.

Pero la realidad es que te has ido, y con tu partida, se ha llevado una parte de mi ser que no sé si algún día podré recuperar.

La melancolía de la ausencia es un peso que llevo conmigo, un recordatorio constante de que incluso los amores más profundos pueden desvanecerse como el humo, dejando tras de sí solo el dolor y la nostalgia.

Cada rincón de esta casa guarda tu esencia, y los objetos cotidianos se transforman en reliquias de un pasado que ya no existe. El silencio se vuelve ensordecedor y las paredes, testigos mudos de nuestra historia, parecen susurrar tu nombre.

¿Cómo es posible que un corazón lleno de tanto amor pueda ahora sentirse tan vacío?

La vida, con su irónica crueldad, me arroja a un abismo de memorias donde cada sonrisa y caricia tuya se convierten en puñales que hieren mi alma.

Pero, a pesar del dolor que me consume, encuentro una extraña belleza en este desamor.

La tristeza se entrelaza con la poesía, y la melancolía se convierte en mi musa. Como si fuera un personaje de una novela de Isabel Allende, descubro que el desamor también tiene su propia magia, una que me invita a redescubrirme y a entender que, aunque ahora mi corazón esté roto, sigue latiendo con la esperanza de un nuevo amanecer.

Un corazón desecho "Primera Edición"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora