El viento de otoño soplaba con fuerza, arrancando hojas doradas de los árboles y esparciéndolas por el suelo como recuerdos de un amor que nunca floreció.
Era en esos días de septiembre, cuando el aire olía a nostalgia y las sombras se alargaban, que me di cuenta de que nuestro amor se desvanecía como el verano que se despide sin avisar.
Te amaba con la intensidad de mil soles, pero tú siempre estuviste destinado a ser una estrella fugaz en mi cielo, un destello efímero que dejó una estela de tristeza en mi alma.
Cada rincón de mi ser anhelaba tu presencia, pero el eco de tus palabras vacías resonaba más fuerte que la dulzura de tus promesas.
Caminaba por calles solitarias, bajo un manto de hojas crujientes, y recordaba cómo solíamos pasear juntos, de la mano, soñando con un futuro que ahora parecía tan distante, casi inalcanzable.
Las risas compartidas se habían convertido en susurros de una melancolía que se negaba a abandonarme, y la calidez de tus abrazos se había desvanecido, dejando un frío persistente en mi piel.
El otoño se convirtió en un recordatorio cruel de lo que pudo haber sido y nunca fue.
El amor que alguna vez creí eterno se transformó en un laberinto de emociones encontradas, donde cada salida llevaba a un nuevo rincón de dolor.
Pero a pesar de todo, aprendí a valorar la belleza de las estaciones cambiantes, a encontrar consuelo en la naturaleza cíclica de la vida. Porque, aunque el invierno se avecine con su manto de silencio, sé que la primavera llegará de nuevo, trayendo consigo la promesa de un renacer.
Y tal vez, algún día, mi corazón, ahora quebrado, encontrará la fuerza para latir con esperanza una vez más.
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Un corazón desecho "Primera Edición"
RomanceSumérgete en historias románticas donde las dudas y el dolor de la separación nos hacen llorar. Desde lágrimas en la lluvia hasta susurros de un amor no olvidado, estos cuentos exploran los corazones rotos y las bibliotecas del olvido