"Podrían pasar años. Pero sé perfectamente que en esta vida y en las que me quedan te buscaré para devolverte la felicidad que tú, con esa tan cálida sonrisa, me entregaste dulcemente...♡"
(Voy a llorar haciendo esto)
La primera vez que Hachi le contó un secreto a Sadaharu, fue durante una cita que habían tenido. Ella solía tener muchas pesadillas durante las noches y no le servían la compañía de sus peluches. Llegaba a pensar que los mismos la atacarían mientras intentase dormir y por alguna razón, a Sadaharu en lugar de parecerle un poco ridículo, lo tomó con ternura.
La rubia no se imaginó que meses después, pasar la noche con el chico se volvería costumbre y cada que se sentía sola, el mayor se ponía en marcha hasta su casa. Se metía por la ventana de su cuarto si era necesario.
Desde entonces, a Hachiko las pesadillas ya no la atormentaban tanto y dormía plácidamente cada que se encontraba rodeada en los brazos del amor de su vida. A veces solía decirle a sus amigas que era como vivir en un paraíso. Pero omitía la parte en la que decía que vivía ese paraíso con el mismo demonio...
Sadaharu era todo lo contrario a un ángel. Pero su sabor, su esencia, el cariño que le expresaba a Hachiko cada que estaban juntos se asemejaba al de un ser tan puro y celestial. Y ninguno de los dos sabía cómo podía ser eso posible, más cuando el mayor también tenía conocimiento de su propio veneno cuando se trataba de las mujeres. Hachiko sacaba una parte tan dulce de él, capaz fue eso mismo lo que lo asustó y provocó que las cosas no terminaran de la mejor manera en esa prohibida historia de amor.
Los dos congeniaban muy bien como para ser felices seriamente. Por eso el mundo se compadeció de los dos como para acabar con el mundo entero en tan solo segundos. Pero también fue cruel y no les permitió volver a reencontrarse. Ni aunque fuera un segundo. . . . . . . . . Hachiko siempre fue mucho para Sadaharu. No había forma de negar eso. Pero tampoco se podía evitar el hecho de que él dejó existir una parte suya de la que antes no había rastro.
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