SABRINA tuvo una sonrisa tonta en su rostro por el resto del partido, julián la había visto después de hacer un gol. para el resto podía no significar nada, pero para ellos dos, significaba muchísimo; cuando aún eran novios y la rubia iba a los partidos en el monumental del castaño, él solía dedicarle los goles simplemente mirándola. era una estupidez, pero así lo hacían ellos. julián era demasiado tímido para hacer grandes demostraciones en públicos masivos, digamos, un estadio.
la chica aún seguía en sus botas blancas y brillantes, solo se había cambiado el vestido por un short negro corto y la camiseta de argentina que le hacía de vestido.
estaba en un palco junto a su hermana y mejor amiga, quienes no le habían contado aún sobre su encuentro con el nueve. ya después del partido tendrían tiempo para chusmear esas cosas.
a un par de asientos de distancia tenía a toda la familia de julián, inclusive emilia. a sabrina un poco se le estrujaba el corazón cuando la veía porque le pesaba saber que el castaño la había reemplazado tan rápido y con una chica tan distinta a ella. inclusive había escrito una, o varias canciones al respecto, y a juzgar por como la chica oriunda de calchín la miraba, sabía que había escuchado dichas canciones.
simplemente decidió ignorarla, no quería darle ningún tipo de entidad. movió su cabeza de lado a lado para quitar ese tipo de pensamientos.
— te está mirando — dijo nailea mientras cubría su boca con la mano, las cámaras habían enfocado su palco múltiples veces y lo último que querían eran personas tratando de leer sus labios para descifrar lo que se comentaban.
— la vi, igual la voy a ignorar — respondió haciendo lo mismo que su amiga, mientras observaba a julián haciendo el cambio con lautaro martínez.
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el partido había finalizado con dos goles a favor de argentina, los hinchas se fueron del estadio cantando y sabrina, nailea y sara estuvieron entre ellos.
una vez que encontraron el auto que las llevaría de vuelta para el hotel, se subieron y emprendieron camino hasta el mismo.
— sabri, nos cruzamos a julián afuera de tu vestuario — soltó sara una vez que se acomodaron.
— ¡me estas jodiendo! — chilló su hermana.
— no, no, justo pasó por ahí y nos reconoció. nos saludó con la mejor — agregó nailea — encima se puso muy nervioso cuando te mencionamos a vos.
— literalmente, el cuti le vino a avisar algo para salvarlo — dijo la mayor de las hermanas — ¿no lo escuchaste hablar?
— no, ustedes salieron cuando empecé a vocalizar así que probablemente por eso no lo escuché — explicó la rubia.
rápidamente la conversación fue interrumpida por unos mensajes que le llegaron a la mejor amiga de las klein. al tener el sonido activado las tres escucharon la notificación.
