• 𝑌𝑜𝑢 𝐵𝑒𝑙𝑜𝑛𝑔 𝑇𝑜 𝑀𝑒 • | Antoni Mascherano

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𝑃𝑖𝑙𝑜𝑡𝑜
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El sonido de los pájaros ronda por el lugar. Mi cabello mojado cae por ambos lados de mi cara y el sol hace que entrecierre mis ojos.

Amo esta época. El verano, el calor, las piscinas, los bikinis y los hombres sin camisa. Que bendición.

— Perdone que la moleste, señorita, pero su padre me ha mandando a llamarla. — D'alem, la mano derecha y mejor aliado de mi padre, aparece en mi campo de visión.

Es un hombre de alrededor de 40 años. Durante estos últimos años fue la persona más cercana a mi padre cuando de negocios se trataba. Viste con un bien planchado traje azul marino, su barba está bien afeitada y su altura es la mejor para un hombre. Es una persona que, a pesar de sus años, se mantiene muy bien y sigue siendo atractivo y deseado por algunas mujeres

Lo miro y asiento. — Retírate.

A pasos lentos empieza a caminar hacia la puerta y entra a la casa por ella.

Me sumerjo por última vez en el agua y acomodo un poco mi cabello negro antes de empezar a subir las escaleras, dejando que el agua se escurra por mi cuerpo.

Al salir, tomo la bata que se encontraba en una de las tumbonas junto a mi bloqueador. Me pongo la bata, la ato y camino hacia la puerta para entrar a la gran casa.

Supongo que mi padre debe de estar en su oficina, como siempre. En estos momentos es donde maldigo el tener una casa tan grande, al estar mojada y los pisos estar bien lustrados, hace que me resbale y amenace con caerme y romperme bien la cara de un golpe.

Con pasos lentos y siendo muy cautelosa, camino hacia la oficina de mi padre, que se encuentra al lado de la escaleras que dan al segundo piso.

Cuando llego, doy dos golpes en la puerta y, al escuchar un "pase" del otro lado, ingreso a la habitacion.

— Buenas tardes, Adhara. ¿Como te encuentras hoy?

— Raramente bien.

Me alegro al escuchar que mi padre se acordó de mi mal estar del día de ayer y le dio importancia.

Lo observo, esta sentado sobre su silla de oficina, detrás de su escritorio.

Siempre tuve un gran respeto hacia mi padre, no solo por ser el hombre que me creó, sino porque simplemente su presencia y figura imponen respeto y autoridad. Aunque nunca fue malo conmigo, siempre le guarde el debido respeto y en cierto punto el miedo que correspondía a su persona.

— D'Alem me dijo que me buscabas.

— Ah si. Ten preparada todas tus cosas que cuando vuelva tu madre de viaje, nos iremos a Florencia. —Arrugo las cejas y me acerco a su escritorio.

— ¿Tan pronto nos vamos?

— Tengo que cerrar un trato con unos viejos amigos, que nos van a ayudar con muchas cosas a futuro.

— ¿Es necesario que vaya? Prefiero quedarme y disfrutar la piscina. —me siento en la silla que está frente a él y cruzo los pies subiendolos a la mesa.

— Tu también vas a firmar. —Levanto las cejas. ¿Que voy a firmar? ¿Casamiento? Un tiro en la cabeza va a ser lo más tranquilo que voy a hacer si llega a pasar eso.

— No es nada grave. —Continúa hablando— Sólo es por precaución de tiempos futuros, para prevalecer el trato y que continúe por algunas generaciones más. —Se levanta de su silla y camina hacia mi—Como bien sabes, eres la que considero mi heredera. Eres la persona en la que más confío para seguir el negocio.