• 𝑌𝑜𝑢 𝐵𝑒𝑙𝑜𝑛𝑔 𝑇𝑜 𝑀𝑒 • | Antoni Mascherano

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𝐔𝐧𝐢𝐨𝐧 𝐝𝐞 𝐚𝐩𝐞𝐥𝐥𝐢𝐝𝐨𝐬
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La empleada trae los platos de comida, poniendonos uno a cada uno de los integrantes de esta mesa.

Como cosa rara, estamos con los Mascheramo cenando. Notese el sarcasmo.

Ya casi hasta los siento parte de la familia.

- Buen provecho. -dice mi padre antes de agarrar sus cubiertos y comenzar a cortar la carne.

De igual manera, no me molesta esto de cenar con ellos, ya que siempre tienen mucha comida y postres que son exquisitos

El otro día descubrí que tienen en el salón una fuente llena de caramelos, chocolates y todas las golosinas que te puedes imaginar Ese día sentí que fui al paraíso.

La cena transcurre normal, y nos dirigimos al salón. A lo lejos visualizo la fuente de dulces y aumento la velocidad para llegar más rápido. Agarro algunos chuches y los empiezo a comer, como si alguien me los fuera a sacar. Me adueñó completamente de la fuente.

- Bueno -comienza a hablar mi padre- Hoy, estamos aquí para comentarles una hermosa noticia que con nuestros queridos socios estuvimos discutiendo este último tiempo.

Siento como si me estuviera hablando más a mi y a mi madre que a los demás, pero no le tomo importancia y sigo saqueando la fuente.

Mi padre toma un bocanada de aire y vuelve a hablar- Estamos muy felices de comentarles, la unión entre el apellido Vonestein y Mascherano

Todos aplauden y yo como puedo también lo hago. ¿Será que Elias se casara con Emily? ¿O será Alexander? Ya estoy pensando en el vestido que me voy a comprar, capaz busque uno turquesa.. si, ese me gusta.

- Un aplauso a los futuros novios, Adhara Vonestein y Alejandro Mascherano.

Empiezo a aplaudir pero al escuchar mi nombre me atraganto con un chocolate. ¡¿Que?! ¿La novia soy yo?

Abro los ojos como plato y quedo dura en mi lugar, mientras que Alejandro se acerca a mi para tomarme de la cintura

- Claro, organicen mi boda sin ni siquiera saber que yo era la novia. -empiezo a hablar.

- No empieces

Alzó mi mano en señal de que no quiero hablar más, quito la mano de Alejandro y me retiro de la habitación, no sin antes agarrar un puñado de dulces. Las voces resuenan en la habitacion llamándome pero los ignoro, salgo de la casa y lo último que escucho es un "Déjenla, ya se le pasara" de mi hermano.

Todos sabían, menos yo. Claro, ¿que soy ahora? ¿el cerdo del matadero? que van a mandarme con esa familia de locos.

Me subo a mi automóvil y empiezo a manejar, siguiendo el camino que muchas veces he tomado.

¿Por qué me hacen esto? ¿Como van a hacer? Si estoy casada legalmente con Emilio. Da igual, a ellos no les importa eso, pero ¿por qué casarme con él?

Admito que es lindo, es atractivo, pero estoy segura que necesita un psicólogo urgente.

Estacionó frente al lugar que tan familiar se me hace y bajo del auto colocandome mis lentes negros. Camino segura y entro por la puerta grande, sintiendo la mirada de todos y como los murmullos empiezan a hacerse notar con mi presencia, hasta que finalmente me llaman por lo que soy aquí.

— Diabla.

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Me abren la puerta de casa, y camino hasta llegar a la escalera. Necesito un baño urgente.