Crazy In Love [Kookv]

Parte I

Un año después, Seúl, Corea.

El sonido de una cámara al sacar una foto llamó su atención, más la sesión de ser nuevamente observado le causó un escalofrío en su columna vertebral.

Volteó a ver con paranoia todo su alrededor, y las personas que pasaban a su par no le prestaron la más mínima atención, pero esa vaga sensación de observación seguía. Con aún esa sensación que desde hace ya tiempo atrás lo acompañaba, siguió su camino por las frías y oscuras calles de Seúl.

Ya hace más de siete meses sentía como lo vigilaban, lo acechaban y lo seguían cada vez que salía de la seguridad de su casa, pero lo que al principio era solo cuando salía pasó a sentirlo dentro de las cuatro paredes de su hogar. Ya no dormía tranquilo, pues sabía que alguien lo acechaba desde la oscuridad, podía verlo vagamente en las oscuras esquinas de su habitación, pero cuando prendía la luz lo que sea que lo observaba desaparecía.

Restándole importancia a su sentir, convenciéndose a sí mismo de que era parte de una mala jugada de su cerebro, Jungkook caminó despacio, pero su velocidad aumentó cuando sintió como lo seguían más el sonido de fuertes pisadas tras suyo lo alertaron, caminó con rapidez, casi corriendo, mientras que veía para todos lados, el sonido de incontables fotos siendo tomadas llegaron a sus oídos. Su respiración se aceleró, y entre más corría sentía como alguien más se acercaba.

Sus pasos pararon cuando llegó a lo que sería su destino, un restaurante lujoso se encontraba frente a él, se acomodó la gabardina mientras trataba de regular su respiración.

Volteó a ver por el enorme ventanal de cristal del restaurante y en una de las mesas de fondo pudo ver la silueta de una linda chica que lo esperaba, era su cita.

Entró al restaurante con paso lento hasta llegar a la mesa donde lo esperaban, la chica le sonrió amable mientras levantaba la mano en forma de saludo, Jungkook le sonrió de vuelta.

—Hola, Jungkook —saludó la chica, cuando tomó asiento en la mesa.

—Yuna —dijo con una sonrisa en sus labios, dejando ver lo alegre que se encontraba al ver a la femenina—. ¿Te hice esperar mucho?

La chica negó con la cabeza mientras le regalaba una sonrisa amable—. Para nada.

—Qué bueno, lo menos que quería era hacerte esperar —le contestó, viendo como un ligero sonrojo apareció en sus mejillas, asiéndola lucir más linda de lo que era.

Yuna, era una chica amable que había conocido en su trabajo, siendo la chica muy atenta con él y ayudándolo en todo lo que podía, desde el primer momento en que la vio pudo notar su belleza, pues su cabello largo y lacio de color café claro llamaba mucho la atención, más sus facciones finas y sus ojos de color miel le daban un toque sensual a su apariencia.

Fue la amabilidad y lo linda que era que impidieron negarse cuando le pidió una cita.

—¿Qué desean ordenar? —habló el mesero, llamando la atención de Jungkook.

—Kimbap para mí junto con una botella de vino —pidió, volteando a ver Yuna para ver que iba a ordenar.

—¿Estás seguro de que estás bien? —insistió Yuna, notando su preocupación.

—Sí, solo... tengo un mal presentimiento —admitió, sin poder evitarlo.

La risa de Yuna se desvaneció y su expresión se tornó seria.

—Podríamos irnos si quieres. No tienes que quedarte si no te sientes cómodo.

Jungkook valoró sus palabras. La compañía de Yuna era reconfortante, y no quería arruinar la noche. Pero la sensación seguía ahí, como un eco persistente. Finalmente, se levantó.