Ya había amanecido, unos tenues rayos de luz entraban por la única ventana en el sótano, una abertura tan pequeña que apenas si podía caber su mano. Los recuerdos de la noche anterior lo golpearon de repente, haciendo qué una pequeña sonrisa se dibujará en su rostro.
No podía negar que la forma en que Taehyung lo había secuestrado le parecía absurdamente divertida, después de todo, él supo desde un principio que alguien lo estaba siguiendo desde hacía meses. La sensación de ser observado lo había incomodado, pero le fascinó al descubrir que el misterioso espectador era aquel chico de ojos miel que tiempo atrás lo había salvado.
En la cena con Yuna vio esos inconfundibles ojos dorados desde unas mesas más allá, también vio como Taehyung con un poco de torpeza en su intento de pasar desapercibido se escondía tras unas ramas para ocultar su presencia cuando lo había notado tomarle fotos a escondidas en aquel parque.
Él sabía fingir muy bien, después de todo sabía actuar y es por eso que siempre mostro todo lo contrario de lo que sentía, al principio cuando se sintió asechado el miedo lo había invadido, pero la curiosidad pronto lo superó y la necesidad de saber quién lo estaba viendo desde las sombras surgió, cuando descubrió quien era un gusto lo invadió y la necesidad de ser atrapado por el causante de su desvelo le encanto, pues no podía evitar sentir una mezcla de placer y adrenalina.
El deseo de ser atrapado por su propio perseguidor lo consumía.
Incluso él vio como Taehyung había vertido unas gotas en su té en la cafetería y disfrutando del juego, fingió perder la conciencia, curioso por saber qué haría su captor. Era un juego peligroso que él no estaba dispuesto a perder.
El sonido de unas lentas y tortuosas pisadas hicieron eco en el sótano, rompiendo el silencio y haciendo que el corazón de Jungkook se acelerará. Su cuerpo entero se tensó, no por miedo, sino por una oscura y retorcida emoción que lo invadía al saber que estaba a punto de ver a su captor. La anticipación era casi dolorosa, pero él disfrutaba de cada segundo, una descarga de adrenalina recorría su cuerpo y le estaba provocando un retorcido placer.
La puerta de metal se abrió lentamente, y el destello de luz reveló a un joven castaño de ojos color miel que se asomaba al interior. Taehyung sonreía con una inocencia casi inquietante, como si el secuestro fuera un simple juego. Traía una bandeja en sus manos y parecía completamente despreocupado, como si nada en el mundo pudiera alterar su calma.
Y talvez así era…
—Hola, Jungkook —lo saludó con voz alegre, casi infantil, mientras avanzaba con la bandeja y la colocaba cuidadosamente a su lado—. Te traje el desayuno.
Taehyung se inclinó, quedando a su altura y empujó la bandeja hacia él. Jungkook miró el plato con curiosidad, dejando que el silencio entre ambos se extendiera, para luego alzar la vista hacia Taehyung con una sonrisa que solo podía describirse como peligrosa.
—Tranquilo —dijo Taehyung, con un brillo divertido en los ojos—. No tiene veneno.
La sonrisa de Jungkook se ensanchó. Había un tono retador y provocador en su expresión, y sus palabras salieron en un susurro bajo, teñido de una seducción que él sabía que confundiría a su captor.
—Sé que no tiene veneno —contestó, fijando sus ojos en Taehyung con una intensidad que lo hizo tambalear—. Después de todo… no quieres matarme, ¿o sí?
Por un momento, Taehyung pareció descolocado, pero rápidamente recuperó la compostura, su sonrisa se volvió más suave, casi tierna.
—Te quiero para mí, Jungkook —dijo, con una firmeza que revelaba una extraña sinceridad en su mirada—. No muerto.
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Crazy In Love [Kookv]
Hayran KurguTREE-SHOT Kim Taehyung tenía un solo objetivo en la vida y era que Jungkook fuera suyo cueste lo que cueste. Pero, Jeon Jungkook también tenía un objetivo, secuestrar al joven que lo sigue todo el tiempo. -Yo soy el objetivo de mi objetivo. • • • In...