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📍ɴᴜᴇᴠᴇ ᴅᴇ ᴊᴜɴɪᴏ, 2024

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📍ɴᴜᴇᴠᴇ ᴅᴇ ᴊᴜɴɪᴏ, 2024.

𝐸ran las 9:30 am y Serenna estaba desayunando en su departamento, ubicado en Palermo. Se había mudado allí cuando tenía dieciocho años, al comenzar sus estudios de Licenciatura en Psicología, ya que la universidad estaba cerca. Hasta ese momento, vivía en casa con su mamá, Claudia, y su papá, Jorge, con quienes tenía una excelente relación.

Podría haberse quedado con ellos durante ese lapso de tiempo, ya que se habia tomado un tiempo, por haber aprobado todas las materias del primer año y adelantado algunas del segundo cuatrimestre. Sin embargo, Serenna disfrutaba de su independencia y de tener su espacio.

Esa mañana, Serenna esperaba con ansias las 11 am, momento en el que su padre, Jorge, vendría a buscarla para ir a comer un asado junto a sus primos y su padrino. Estaba emocionada, esperando llegar a la casa de sus padres y descubrir el gran regalo que tenían para ella.

La castaña se destacaba por ser una mujer responsable, inteligente, respetuosa y valiente. Aunque tenia sus días malos, donde no le hables, y si lo haces te asesina con esa mirada celestial. Cada día aprendía a quererse más a sí misma y se esforzaba por enorgullecer a sus padres, quienes siempre la apoyaban en todo.

Le encantaban los niños pequeños, y quienes la conocían y observaban su manera de conectar con ellos solían decir que debería ser maestra jardinera, ya que los niños tambien la amaban. Uno de sus pasatiempos favoritos era pasar tiempo con su sobrina Helena, de 3 años, quien era su confidente. A pesar de su corta edad. Buscando asi mismo una relación de confianza mutua con la pequeña.

Hablando de Serenna, estaba emocionada porque empezaria la Copa America 2024 y sentía que su país estaba más que preparado para ganar esa copa tambien, ademas de haber ganado la copa del mundo. Amaba profundamente a su país. A pesar de haber tenido numerosas oportunidades de estudiar en el extranjero, siempre había preferido quedarse en Buenos Aires, Argentina, sintiendo un orgullo enorme por la historia y los logros de su país.

Especialmente disfrutaba de las épocas donde la selección argentina jugaba, cuando el país entero se unía por la bandera celeste y blanca. Era más que sabido que ese equipo tenía hambre de seguir ganando todo por su número 10 y 11 del seleccionado. Aunque no terminaba de entender completamente las reglas del fútbol, como el significado de las tarjetas rojas y amarillas o el offside. Gritaba los goles de su equipo hasta que le ardía la garganta. Le encantaba cantar las canciones y ver la cancha repleta de sus camisetas, banderas y caras pintadas, lo cual a la castaña siempre le erizaba la piel. Admiraba las historias de los jugadores, su pasión por el deporte, el apoyo de sus familias y, sobre todo, su humildad. En cómo nunca se dieron por vencidos, por más que no ganaran, por más que hablasen mal de ellos, nunca se rindieron. Todo vuelve y para la selección argentina llegó todo lo mejor, están en su época dorada.

Aunque no lo admitía abiertamente, Serenna tenía un crush secreto por Enzo Fernández desde su tiempo en River Plate, cuando su familia la hacía ver los partidos y, aunque no le interesaba, prestaba atención. Quién pensaría que su crush terminó de formarse cuando lo veía a través de una pantalla, en el Mundial 2022.

 Quién pensaría que su crush terminó de formarse cuando lo veía a través de una pantalla, en el Mundial 2022

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kissingjaz💋💋

𝐈𝐍𝐄𝐅𝐀𝐁𝐋𝐄!, 𝐄. 𝐅𝐞𝐫𝐧𝐚́𝐧𝐝𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora