Con la extinción de las antiguas criaturas que habitaban en la tierra, el creador, dios, decidió crear viva en esta. Luego de la destrucción, viene la creación.
Así con el paso del tiempo vio como la tierra cambiada, se dotaba de vida tanto en lo orgánico como en lo biológico, desde el animal más pequeño hasta el más grande.
Pero, a pesar de que había vida en la obra del creador, este no se sentía muy conforme con esta, así que decidió crear a un nuevo ser que poblara a su creada "Tierra".
Fue así que creo a Adam, el primer ser humano y su primer hijo.
Uno hecho a su imagen y semejanza, dotado de conocimiento.
Pero no podía solo enviar a Adam a la Tierra, no, tenia que prepararlo primero, así que decidió crear el edén (o el jardín del edén) un lugar parecido a la tierra, pero diferente, un paraíso para el ojo humano.
La primera tarea escogida por dios para Adam al llegar al paraíso fue ponerle nombre a todo, tanto como lo viviente como lo no viviente.
Mientras que dios decidió crear el cielo, un lugar en donde podrían vivir sus creación e Hijos, los serafines y los ángeles.
Mientras que adam logro cumplir su tarea y logro ponerle nombre a todo en el jardín, pero al finalizar esta se sentía vacío.
Le encantaba estar en el jardín, pero no le gustaba estar solo, abecés su padre lo venia a visitar, pero casi nunca podía compartir un momento con él, aunque siempre se sentía feliz de escuchar a su padre decir: "Estoy orgulloso de ti hijo mío, nunca olvides que siempre estaré a tu lado".
Feliz, si, pero eso no quitaba el hecho de que se sentía solo en el eden, quitando a los animales no había otro ser como el aquí.
Pero, como si sus plegarias habían sido escuchadas, dios creo a Lilith, su acompañante.
O como Dios había dicho, su esposa.
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Adam y Lilith corrían como si fueran niños en los hermosos campos del edén, competían para llegar a un árbol donde se encontraban los frutos favoritos de los dos.
-¡Vamos Lilith!, ¿No dijiste que eras más rápida que yo? – Grito lo último en tono burlón hacia su esposa la cual venia corriendo hacia él, solo que no estaba a la misma velocidad.
-¡Y-Ya veraz!
Corriendo lo más rápido que sus cuerpos les permitía, Adam fue el ganador con mucha diferencia y Lilith pues, solo hizo un puchero al haber perdido.
Pero, aun así, vio como su esposo le extendía su mano revelando un fruto.
-Pero...Perdí – Miro a su esposa el cual le sonriso.
-Fue un empate jeje – Sonrió a su esposa la cual se sonrojo y aceptó el fruto.
-...ja, claro, un "Empate"
Ambos recostados en el árbol juntos, comieron de los frutos, ambos pasaron un rato tranquilo siendo uno en donde el tiempo se detenía para ellos, en verdad que disfrutaban de esos momentos, estando los dos juntos.
-Te amo Lilith – Dijo Adam
-Y yo a ti Adam – dijo para besar a su esposo, el cual correspondió con mucho amor.
EN EL CIELO.
Dios estaba feliz de ver a su hijo compartir un momento de amor con su acompañante, no mal piensen.
A decir verdad, se sentía feliz de ver que su hijo ya no estaba solo, aun que una idea paso por su cabeza.
-¡Padre! – la repentina aparición de un ángel un poco enano saco a el creador de sus pensamientos.
-Qué?, cómo?, ¿donde?...Ah, eres tú samael, que paso hijo? – Miro con sus 4 ojos a su hijo "Favorito".
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-Lo miraba pensativo padre, ¿Qué le pasa?, ¿Está pensado en otra creación?
-No, no, solo pienso en Adam. – La mención de este no le gustó mucho a el ángel que digamos.
-En Adam...¿Por qué?
-...Porque creo que es momento que se reproduzca...si...creo que es momento que se reproduzca con Lilith para que tengan hijos...mis nietos... - fue en lo último en donde este se paro de se asiendo con una amplia sonrisa.
-(¡¿N-nietos?!) – Pensó nervioso sin saber porque el ángel – P-pero padre...
-Lo siento samael, debo de darles el aviso a Adam y Lilith – dijo sin más para luego desaparecer.
Y sin que dios se diera cuenta, Samael apretó sus peños con ira.
