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—¿Podrías por favor calmarte? Hija, me estresa verte caminar de un lado al otro —suspiré mirándola a los ojos, ella simplemente se acercó a darme un abrazo. Realmente lo necesitaba —Todo irá bien amor ¿Cuándo se supone que deben darte una respuesta?
—Hoy ma. Desde que se contactaron conmigo y los demás candidatos se supone que tendría que llegar a las 4:00 pm el correo de confirmación.
—Bueno, entonces espera. A veces esas cosas demoran y si tu estas segura que todo lo has hecho bien, el puesto será tuyo —dejó un beso en mi frente antes de separarse —¿Igual tu papá te mandó los pasajes y las entradas? Porque sino me va a tener que escuchar.
—Tranquila, ayer hablé con él —me eché en el sofá —Todo esta listo, de ser así igual viajaría en el mismo avión que la selección.
—¿Y eso por qué?
—Es su última Copa América ma, supongo que querrá tener recuerdo de todo. Papá no está pasando por un buen momento y creo que podría darle un poquito de apoyo junto a todo el grupo —ella me miró no muy convencida —Y tú, ¿No quieres acompañar a tu amorcito?
—Ay por favor Alejandra, no seas sonsa —me reí de su reacción tan indignada —Tu que quieres, ¿Qué la otra venga a jalarme los pelos? Y con lo caro que me salió la peluquería.
—Tú piensas eso porque no te has dado el tiempo de conocer a Ana Paula. A mi me cae súper y su hija es un amor de persona. Yo creo que con esto mi papá ya se planta.
—Mira, lo mismo pensábamos con Alondra —ay, como la extraño. Por siempre mi madrastra favorita —Lo que Paolo tiene que haces es dejarse de huevadas, que más está saliendo en Magaly que en Canal 3.
Yo también sentía eso. Desde que papá decidió venir del todo a Perú, las cámaras del espectáculo no han dejado de estar ni un segundo sobre nosotros. Antes era una vez a las quinientas, pero ahora tenia una fijo afuera de mi departamento, otra siguiéndome y por supuesto sin contar las llamadas de todos los canales a mi teléfono.
Para colmo el club que había escogido ocasionó más de un revuelto en el mundo futbolístico. Para nosotros era un hecho de que íbamos a tener la camiseta blanquiazul sobre nuestros hombros. No tengo la menor idea que pasó por su mente en el momento que decidió rechazar a Alianza Lima para firmar por el otro club de cuarta.
—¿Tu papá sabe de todo esto? —la miré sin entender —de la postulación y que es muy probable que te vea más seguido de lo que espera.
—No del todo. O sea, le dije que estaba postulando para un trabajo, pero no especifiqué cuál y a dónde —la miré inocente. Mamá solo negó con la cabeza para irse a su cuarto.
