3

23 5 0
                                    

— Narra Arabella

Estaba en cama dando vueltas, la cama parecía ser bastante incómoda esta noche en particular. Me detuve cuando algo en mi espalda tronó y con ello un pequeño quejido de dolor salió de mis labios.

-Maldición —dije entre quejidos mientras mis manos iban a parar a mi adolorida espalda, miré el reloj de mi teléfono.

Eran las dos de la mañana, debajo del reloj había una notificación de Instagram por lo que decidí abrirla en lugar de luchar con el insomnio esta noche.

Aquella notificación me llevó al chat con Andy Sixx, al fin había respondido aunque un poco tarde.

-Pues si, no te recuerdo pero si dices que estuvimos en la misma escuela secundaria está bien jaja —La respuesta de Siixx me había aliviado, no había sido bloqueada.

Decidí seguir con la conversación creyendo que él tardaría en responder de nuevo.

-No pienses que soy uno de esos señores mayores que buscan algo de los más jóvenes, solo encontré tu perfil y me pareció interesante seguirte, espero no te moleste —respondí creyendo que había sido una buena respuesta agregarle un toque de diversión para hacer las cosas menos incómodas.

Miré el techo que parecía iluminarse con el brillo de la pantalla del teléfono ante la siguiente notificación, eso fue rápido —pensé— mi sorpresa fue mucha cuando vi que él me había empezado a seguir y minutos después me envió un mensaje

-Para nada pero si me intriga saber quién eres y por lo visto, en tu perfil no tienes fotos tuyas, siempre a tus amigas o los bonitos paisajes frente a ti. ¿Te molestaría si me envías una foto de tu rostro? Tal vez así pueda recordarte;) —mis labios se abrieron en sorpresa, los nervios habían empezado a correr en mi ser. No tengo fotos mías en mi teléfono donde saliera decente, maldecí en voz baja.

-Claro, déjame busco —mi respuesta la envié sin pensar, no debería darme tanto miedo enviar una foto de mi rostro ¿cierto?

Deslicé sobre mi galería de fotos, no encontraba ninguna donde me viera bien —la dismorfia me estaba atacando de nuevo— pero aún así, no iba a enviar una tomada en este instante, me veía desagradable sin una gota de maquillaje.

Con pesar me puse de pie de mi cama, encendí la luz de mi habitación y fui hacia mi espejo sentándome frente a él.

Tomé mi maquillaje y empecé aplicandolo en mi rostro, nunca me había puesto maquillaje tan tarde para tomarme fotos, después se volvería un hábito.

Estaba muy cansada para hacerme algo en el cabello así que solo lo peiné dejándolo suelto, tomé mi teléfono y empecé a tomarme fotos a como pude pues no sabía posar. Vi las fotos y no me gustaron pues veía un defecto mío en cada una.

Después de veinte minutos encontré una foto perfecta que tomé frente al espejo por lo que decidí que era hora de desamquillarme y volver a la cama.

Al hacerlo decidí enviársela para que solo pudiera verla una vez, pronto él la abrió.

Minutos de agonía —cómo yo creí que fueron— pasaron mientras tenía los nervios a flor de piel, mis uñas pedían ayuda a gritos pues las estaba mordiendo.

Su respuesta no tardó en llegar, mi corazón se detuvo y mi respiración se entrecortó. Quería frotar mis ojos, tal vez la pérdida de sueño me está afectando.

-Eres muy linda;) pero sigo sin saber quién eres —de mi cuerpo salió un suspiro, no sé si fue de decepción o de alivio pues me daría oportunidad de cambiar alguna apariencia negativa que él tuviese de mi en esa época, pues había cambiado poco físicamente.

Cherry WavesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora