Capítulo 1

875 122 33
                                    

Corea del Sur, 12 de octubre de 2023.

Han transcurrido veinticuatro años desde que la revolución igualitaria impuso la supremacía omega, relegando a los alfas, líderes nacionales desde antaño, al escalón más bajo de la sociedad. Sin embargo, el auténtico propósito de la revuelta, "la igualdad entre castas", se desvaneció entre papeleo oficial y juntas directivas. Los omegas y betas resentidos por el antiguo dominio alfa, buscaron venganza restringiendo la esencia misma de estos.
A partir de ese momento estos se convirtieron en la burla de las demás castas, pues con la nueva ley que prohibía usar su voz de mando, nada podían hacer para imponer respeto.

Esta situación perduró durante años hasta el día de hoy. Aunque algunas leyes extremistas han sido derogadas, los alfas continúan marginados en la sociedad. Esto ha llevado a que los sueños de muchos se vean sepultados bajo trabajos mediocres y salarios mínimos necesarios para sobrevivir.

En una situación así se encontraba Jeon Jungkook, que solo podía agradecer el esfuerzo que hacían sus padres —dos betas laboriosos y diligentes—, para que pudiera terminar la universidad.
Pretendía convertirse en parte de ese pequeño 5% de alfas, según estadística nacional, que lograban conseguir un título universitario.

—Estás tan misterioso con ese nuevo trabajo —su madre se acercó, dejando una taza de café y un plato con pancakes frente a él. Ambos aromas se colaron por sus fosas nasales y lo hicieron suspirar—. No afectará tu horario en la universidad ¿verdad?

—Mmm... te dije que no ya, madre —mintió, intentando con todas sus fuerzas mantenerse sereno para que la beta no sospechara.

Si llegaba a decirle a su madre que le debía más de once millones de wons al CEO de Park's Company, esta probablemente infartaría allí mismo en el pequeño comedor de su hogar. De ninguna manera sus padres debían enterarse, él resolvería como mantener las cosas de su universidad intactas mientras asistía a la empresa.
Tal vez lo mejor sería hablar con el director y pasar sus clases para la sesión de la tarde-noche. Agradecía que la institución tuviera un montón de opciones para personas como él, que trabajaban y estudiaban al mismo tiempo.

—Debo irme, se me hará tarde —se puso de pie, tomando el resto de su café de un trago. Dejó un beso en la sien de su madre, colgó su mochila al hombro, y caminó directo a la parada de autobús, esperando pacientemente el que lo dejaría más cerca de su nuevo trabajo.

Al estar frente a Park's Company quedó completamente deslumbrado. Si bien era de su conocimiento el hecho de que la red de empresas de la familia Park era reconocida en toda Corea, jamás imaginó que encontraría un edificio tan lujoso y pulcro. Luego de un par de segundos admirando la edificación, se adentró dirigiéndose a la mesa de información, donde una alfa de cabello largo rubio y rostro bonito le atendió.

—Buenos días —se inclinó, recibiendo lo mismo por parte de la mujer—. Me llamo Jeon Jungkook, seré el nuevo asistente del señor Park.

—¡Oh, claro! Tu jefe reside en el sexagésimo piso —asintió, entregándole un gafete con su nombre y foto, y además de ello una caja de supresores.

Alzó las cejas sorprendido ante ello. ¿De dónde habían sacado esa fotografía? La chica asintió comprendiendo su asombro, pero ya llevando varios años trabajando allí, sabía que nadie entraba a la empresa sin antes ser completamente investigado.

—Suerte en tu primer día... y mañana trata de vestir mejor ¿sí?

Asintió un poco confundido, colgándose el gafete y entrando a uno de los muchos ascensores. Una vez dentro, observó meticulosamente su conjunto, que consistía en unos jeans azules y un abrigo de felpa de color carmín con un patrón a rayas negras. Su ropa estaba limpia y no tenía ningún tipo de arruga, no entendía porqué razón le había dicho eso.

Zeta » Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora