Heroína por diversión [BNHA]

11. Los villanos se hacen, no nacen

Las burbujas ascendieron lentamente por la cápsula, un errático pero claro pitido resonaba entre las oscuras y huecas paredes del laboratorio. Era el único signo de vida audible.

En un panel de control, una pantalla rodeada de cables y papeles con dibujos y complejas notas de cálculo mostraba los signos vitales de un ser vivo, constantes y en aumento. La única luz, proveniente del dispositivo, iluminaba el rostro del doctor. Genus, desde su silla, esbozó una pequeña sonrisa y tomó un sorbo de su café, suficiente para apaciguar la ansiedad.

Acomodó las gafas sobre el puente de su nariz con un sutil movimiento de sus dedos. En el reflejo de los cristales, se distinguía la imagen de una niña conectada a varios tubos transparentes, sin ropas y en suspensión; sumergida en un líquido verdoso, detrás del cristal y el metal de la cápsula.

Frente a él, la nueva creación de su genio increíble daba frutos. Con un cuerpo y mente idénticos, fuerza sobrehumana, regeneración, resistencia y un potencial enorme, el experimento más ambicioso de la Casa de la Evolución había sido un éxito, al menos en términos de clonación.

Nacida desde una pequeña muestra de adn— una hebra de cabello—. El clon de t/n era el arma perfecta, en la teoría, en contra de la fuerza imparable que había presenciado hace semanas en el domo. Quién no sino ella misma para detener a ese monstruo con poder ilimitado.

All For One seguía la misma línea de pensamiento. Ya no le importaba el portador del one for all, o el propio All Might. La fuerza inconmensurable de t/n era la mayor muestra de poder que había visto nunca, sus intereses; ahora,dieron un giro de 180 grados. Así fue como autorizó el experimento del doctor Genus.

Llevo días y varios intentos de recolección. El ADN de t/n era un reto de conseguir, pero tuvo la suerte de que, a pesar de su fuerza extraordinaria, seguía siendo humano y, como todo humano, sus procesos seguían siendo los mismos.

El científico caminó hacia la cápsula y posó su mano en el cristal, observando con una sonrisa a la joven en letargo. Lamentablemente, había tenido que acelerar el crecimiento del clon. El maestro no tenía el tiempo suficiente para dejarla crecer de manera natural. Era una lástima; con buen cuidado y enseñanzas desde la niñez, podría haber aumentado significativamente sus capacidades y, a su vez, su devoción hacia All For One.

Sin embargo, la evolución del espécimen era increíble. Al principio, cuando consiguió el embrión, pensó que había sido un fracaso total. Diversas pruebas mostraron que, aunque era la misma chica de la cúpula, su resistencia, vitalidad y cualquier otra cualidad eran idénticas a las de un humano común. Esto lo decepcionó y estuvo a punto de desechar el proyecto, pero al llevarla al borde de la defunción, notó un aumento en las capacidades de la joven.

No lo entendió aquel día, pero luego de varios intentos, todo se unió. En aquel momento, supo la respuesta detrás del poder abismal de la adolescente sin emociones: Ella había roto su limitador.

El limitador era el límite que cualquier ser vivo poseía. El poder máximo al que un individuo podía aspirar en su existencia. Cada persona tenía un limitador; algunos con uno más alto, otros con uno más bajo, pero todos con un límite. Según los experimentos hechos en el clon de t/n, pudo deducir que ese límite, al estar cerca de la muerte, aumentaba: la había llevado cerca de la defunción en distintas ocasiones, y en todas logró sobrevivir y aumentar esa capacidad. Sin embargo, llegó un punto en el que aumentó de poder se detuvo.

Entonces, comprendió que, para romper tu limitador, no solo bastaba con llevar tu cuerpo al límite. Necesitabas un espíritu y una determinación inquebrantable. Esfuerzo real y una motivación incesante.

t/n era el único ser vivo conocido que había sobrepasado aquel límite y, aunque todo esto era una teoría, con todas las pruebas realizadas y el supuesto esfuerzo descrito por la joven sin emociones en el domo, las piezas encajaban perfectamente.