Si le preguntabas a alguien sobre cómo era Seonghwa, seguramente respondería que era el mejor dentro de la facultad de artes, y no era para menos. Él, junto a Yunho y Wooyoung, eran el trío de oro; sus expresiones, su forma de desenvolverse en el escenario o en las muestras artísticas eran increíbles. Movimientos tan suaves y fluidos, pero marcados y fuertes al mismo tiempo, los destacaban como los mejores alumnos que tenía en ese momento la facultad.
La palabra que mejor describiría al pelinegro seguramente sería "seguridad", una seguridad inigualable... pero solo en el escenario, porque fuera de él era la persona más nerviosa del mundo. O al menos en este caso, en que debía dar la cara frente a un adorable chico que no podía escuchar.
Yeosang levantó sus pulgares con una sonrisita hacia su amigo, quien suspiró intentando armarse de valor mientras llevaba una bandeja en manos y se acercaba a pasos lentos hacia aquella mesa, donde lo esperaban pacientemente para conversar. No iba a desaprovechar la oportunidad de acercarse a Hongjoong después de que su primer encuentro fuera un desastre y de que, además, Mingi no había querido ayudar en la situación. Era algo infantil y metiche, si se lo preguntaban al más alto, pero, a fin de cuentas, entendía que solo buscaba proteger al bajito.
Una vez frente a él, dejó la orden y le dio una suave sonrisita, asustando al chico, quien parecía más entretenido con su teléfono. Pero algo había notado: parecía molesto. Aunque tampoco preguntaría; no eran cercanos como para querer investigar sobre la vida privada del chico.
Se sentó frente a él, notando a Makki acercarse y sentarse en la silla al lado de Hongjoong, maullando hacia el chico, quien no desaprovechó la oportunidad para tomarle una foto. Makki era adorable, y a eso se sumaba que usaba una pequeña corbatita de color rojo y amarillo. Era el único felino que tenía ese accesorio, al ser además el gato más longevo del lugar.
Cuando la sesión de fotos terminó, el más bajo observó al alto, dándole su teléfono y notando que ahí en la pantalla tenía escrito un:
Hablemos por chat, dame tu número de teléfono :)
Algo que le causó gracia al pelinegro, quien, ni corto ni perezoso, tomó el teléfono, guardó su contacto y lo regresó a su dueño. Poco después, un mensaje llegó a su teléfono, empezando así una conversación.
Número desconocido
Hola, este es mi número. Al menos así podemos comunicarnos sin que esté mi guardaespaldas :)
Una risita brotó de los labios del pelinegro, haciendo sonreír a su acompañante. Guardó en su agenda de contactos el número del chico y sonrió al ver la foto de perfil del mismo. No podía creer que había podido casi lastimar a alguien tan bonito como lo era Hongjoong.
Hongjoong
Siento que Mingi me odia. Siento que casi puede odiar a todo el mundo menos a Yunho.
Sí... Mingi solo busca cuidarte. En mi anterior universidad me molestaron bastante por mi condición, y fue la única persona que se quedó a mi lado. Supongo que siente una responsabilidad extra conmigo, a pesar de ser mayor que él.
¿Mayor? ¿Cómo era posible que Hongjoong fuera mayor que Mingi? Seonghwa juraba que era al revés. Se tomó la molestia de observarlo y detallarlo: parecía apenas un adolescente. Era fácil que engañara a las personas con su edad. Una vibración junto a un sonrojo lo hizo regresar a la realidad, una que claramente lo mostraba avergonzado.
Deja de mirarme, me siento extraño.
Lo lamento, no pareces ser mayor que Mingi.
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Silence «Seongjoong»
أدب الهواةAlgunas veces el mundo es un lugar ruidoso que llega a ser desesperante; sin embargo hay quienes no pueden entender la molestia, viven atrapados en un constante silencio que llega a ser abrumador. ¿Que pasaría si el ruido y el silencio se conocen...