El ambiente universitario era el mejor o peor lugar que podían llegar a experimentar los jóvenes que buscaban escalar en su vida profesional, podías ser popular o no serlo y mejor pasar desapercibido, podías ser el mejor de la clase o el peor en el escenario menos favorecedor, podías incluso ser el alumno más silencioso... o en el caso de aquel pelinegro el más ruidoso.
-Señor Jung Wooyoung, ¿qué es lo que le causa tanta risa?- cuestiona una mujer mirándolo desde su escritorio, por lo cual el menor negó suavemente causando la risa de los demás presentes.
-Te dije que debes estar en silencio, ¡se nota a metros que no estás leyendo el documento que nos mandó!. -exclamó cierto pelinegro a su lado en voz baja evitando ser regañado.
-No es mi culpa que sea tan aburrido, ¿para qué quiero saber sobre política?, soy bailarín, la política ni me afecta en primer lugar.
Seonghwa solo pudo suspirar negando, pero a fin de cuentas termino por darle la razón, para él tampoco tenía sentido, pero bien decían que todo lo que le era enseñado serviría del algo, decidió ignorar a su compañero mientras volvía a leer el último párrafo de la página, ya que por el regaño de su compañero había perdido la idea que estaba leyendo.
Yunho solamente le dio un puñetazo en el brazo mirándolo molesto, él era algo extraño a decir verdad, era casi como ver a un anciano gruñón todo el tiempo, nadie jamás hacía feliz a Jeong Yunho, para él los asuntos escolares eran importantes; mientras que para Wooyoung... pues no, claramente no.
Después de una tediosa clase de dos horas lograron salir de ahí, mientras que la maestra solamente le daba un regaño al menor por ser un revoltoso, nadie sabía como había logrado llegar a la mitad de la carrera, siendo casi como un niño de cuatro años.
-Recuérdame no inscribir clases con Wooyoung el próximo semestre, es una de las peores decisiones que tome, ¡se durmió en la clase del señor Kim!, nadie lo hubiera notado si no hubiera empezado a roncar.- se quejó el rubio mirando su teléfono respondiendo un mensaje.
-Deberías entenderlo, el día anterior tuvo que doblar el turno en la cafetería, tú eres aún apoyado con tus padres, sabes que sus padres lo dejaron tirado por no estudiar medicina.
Algo que llegaba a ser un conflicto con Yunho era que además de ser casi un amargado, solía ser un poco antipático y no pensaba mucho en el bienestar de los demás, algo que Seonghwa intento cambiar en su amigo, pero que realmente fue en vano, ¿alguna vez cambiaría eso?, nadie lo sabe.
-Lo sé, uhg, ¿no deberíamos ayudarlo?, está colgado con su parte de la renta del departamento compartido con San y aunque sabemos que ambos trabajan, Choi tiene mayor sustento económico al trabajar en el jardín infantil de tu madre.
El alto solo se encogió de hombros mientras notaban al menor salir con una leve sonrisita, cosa que confundió a los otros dos.
-Te acaban de llamar la atención y estás sonriendo, ¿volviste a comer las galletas extrañas de Jihyo?- preguntó el rubio mirándolo con su típica cara de pocos amigos.
-No, ricitos de oro, la maestra me dijo que me necesitaba, resulta que hay dos chicos que entrarán pronto a nuestro semestre, viene de otra universidad y estarán junto a los chicos de intercambio internacional, así que es mi deber según me dijo ayudarles a que conozcan el campus y demás.
-Que divertido, una labor que claramente es para ti, y deja de decirme ricitos de oro, no es mi culpa haber perdido la apuesta con el imbécil de tu novio.
Una sonrisa apareció en los labios del menor y ahí entendieron que alguien quería jugar tal y como un cachorro.
-Ricitos de oro.
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Silence «Seongjoong»
FanfictionAlgunas veces el mundo es un lugar ruidoso que llega a ser desesperante; sin embargo hay quienes no pueden entender la molestia, viven atrapados en un constante silencio que llega a ser abrumador. ¿Que pasaría si el ruido y el silencio se conocen...