Entrenamiento.

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente.


La tarde transcurrió con normalidad en el estadio, pues, los encargados pudieron continuar con el mini evento, comentando alguna que otra predicción (que nadie pidió), hasta dar por finalizado el mismo.

De ahí, los días pasaron entre instrucciones sobre las próximas dietas, entrenamientos, y estrategias para ambos participantes, que simplemente no tuvieron tiempo para nada más.

Osvaldo, por su parte, recibiendo mil y un mensajes de Ibai, quién lucía realmente preocupado por su comportamiento aquel día, eso, o estaba intentando sobonarlo de algún modo para que renunciara a la pelea.

Sí, era algo.. exagerado, pero, seguía habiendo un pequeño chance; y Mariana prefería prevenir que lamentar.
...

Nah, definitivamente el perfecto rostro de Plex le volcó el cerebro.
...

Mierda, mierda, ¿en qué piensas, Valdo?

El hombre detuvo abruptamente los golpes al costal entre gotas de sudor que amenazaban con colarse en los ojos, y al alzar la cabeza, se hizo evidente la confusión.

Ahora juraba que una especie de obsesión le consumía. Desde que vio a Plex aquella tarde, experimentó una conexión intensa, como si sus almas se conocieran de antaño.
Sin embargo, Mariana sabía que nunca antes se habían cruzado.

Verdaderamente creía conocer al joven de ojos claros, piel ligeramente bronceada y cabello suavemente ondulado. Sin embargo, esta familiaridad le causaba molestia; odiaba no poder apartar de su mente la innegable belleza de su rival.

Traga saliva con dificultad, para posteriormente, solo alejarse del saco de boxeo, al parecer iba a darse un pequeño descanso, y seguir con su rutina después.

Se dirige rápidamente a una de las bancas del gimnasio, específicamente dónde descansaban sus pertenencias.
Se sienta a un lado sin pensarlo demasiado, pudiendo tener un corto respiro de todo el esfuerzo que le había puesto a su condición física últimamente.

No quería que los demás lo mal entendieran, Osvaldo amaba entrenar, realmente le gustaba que notaran los cambios en su figura! pero no ansiaba seguir esa rutina todos los días. Y menos en la mañana, joder, cómo odiaba levantarse temprano.

De pronto, un sonido de notificación resuena en sus oídos, su sonido de notificación, gira hacia todos lados hasta que su mirada recae cercas del suelo. Parpadea desconcertado y toma el teléfono, el cuál se asomaba ligeramente, dejando un poco de la pantalla de inicio:

— "Stephy."

– “¿Cómo vas con tu entrenamiento?”

Escribió la chica, acompañando el texto con un emoji de una carita sonriente.
Mariana, por su parte, solo pudo expresar una sonrisa boba en sus labios. No era ningún secreto que gustaba de Stephanie desde hace tiempo atrás, admitía que le parecía extremadamente linda, y no solo eso, sino que, guardaba sentimientos de preocupación genuinos por él, lo que hacía que su corazón latiera con fuerza cada que leía un mensaje suyo.

Voy bien, muchas gracias por preocuparte”.–

Escribió Osvaldo, o al menos lo hizo después de unos segundos de releer el mensaje.
Y estaba a punto de enviar otro, pero se vió horriblemente interrumpido por una nueva notificación, en esta ocasión, de un número desconocido.

— +34 ********

“Espero no haberme equivocado. ¿Eres Mariana, cierto?”


Que mala suerte.
Quién osaría interrumpir su intento de coqueteo con una chica?
un momento, tan siquiera era un coqueteo?

El mexicano estuvo a nada de ignorar tal mensaje y volver al chat de Stephanie, pues temía que alguien hubiera filtrado su número por error, pero, antes de poder salir de la conversación, recibió otro texto.

“Soy Plex, aunque también puedes llamarme Daniel. Si quieres, claro.”

”

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𝐅𝐈𝐑𝐒𝐓 𝐋𝐎𝐎𝐊      ★     𝗣𝗟𝗘𝗫𝗥𝗜𝗔𝗡𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora