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Oscar

El grupo de Lando era increíble, nos habían aceptado tan rápido y sin dudarlo, fue más gracias a George con quien entre todos más hablaba.
Logan también había sido muy bien aceptado y estaba conforme al ver cómo nos llevaríamos.
En la fogata pasamos mucho tiempo riendo, yo lo hacía también pero por dentro tenía mis preocupaciones de las cuales no sabía con quién hablar.
Se lo había contado a Logan anteriormente y él me dio consejos pero parecían no funcionar. Lily no enviaba mensajes ni llamaba hace tres días, no sabía nada de ella, mi madre dijo que sigue yendo en casa pero no hablan de mi.
Según ella se la ve bien.
Mientras los chicos seguían hablando de lejos podía oír sus voces y risas sobre lo que comentaban. La voz de Lando me salvó de mis posibles pensamientos negativos de lo que debía hacer.
-¿Todo en orden?-
Su rostro tenía sombras oscuras pero a un lado de sus mejillas podía ver un pequeño oyuelo, sus ojos de color esmeralda brillando gracias al fuego y mostrando su dulce sonrisa con dientes.
Sin duda una obra maestra. Y decidí ir más allá de lo debido.
Desvié mis ojos a su cabellera, con rulos que caían sobre su frente desordenada como siempre las tenía, desde que lo conocí, volví a sus ojos verdes, las sombras de sus pestañas parecían ponerle algo misterioso a su mirada y no pude evitar soltar un suspiro.
Él pareció darse cuenta de lo que pasaba porque con nervios desvió la mirada y movió sus manos torpemente.
-Lo siento- dije rápidamente -yo... eh‐ todo bien- tragué duro sin saber qué más decir sobre lo que acababa de pasar.
Lando sólo asintió sin mirarme mientras volvía a poner atención a la conversación.
Seguimos descubriendo más sobre todos, como el dato curioso que Lewis tiene un perro al que tratan como si fuera un niño, todos lo querían y estaban regañandolo por no haberlo traído para pasar estos días.
Quería conocerlo.
Cuando la noche ya era más avanzada todos decidimos que lo mejor ya era ir a dormir y era el momento en donde Lando y yo debíamos enfrentarnos a la realidad de que ambos debíamos dormir en el mismo cuarto, con la misma cama pequeña que había allí.
Al cargarlo a mi espalda empezamos a ingresar lentamente, detrás de los chicos, en nuestra cabaña estarían: Daniel con Esteban y Lance con Sergio.
En la otra cabaña era lo mismo o eso decían ellos, aunque Lando me lo confirmaba de a poco.
-Los que quedaban últimos siempre debían dormir en colchones en el piso de madera, lo peor era al rodar por las noches en el colchón y caer contra la dura y fría madera-
Reí al oír todo eso. La forma en que Lando lo contaba era graciosa y se debía al tono de voces que utilizaba.
-¿Ya habías dormido de esa manera?- pregunté.
A lo lejos pude ver la puerta de nuestra habitación.
-Sí, en las veces que Yuki y Pierre decidían venir. Dormí un par de veces de esa manera con Alex y Lance. Aunque para evitar caer dormíamos abrazados- soltó una suave sonrisa que hizo erizar la piel de mi cuello, su risa había sonado muy cerca de mi oreja.
Fue en ese momento que pude sentir como depositó su barbilla en mi hombro izquierdo y con un sonido bajo dejó escapar un suspiro.
-¿Estás cansado?-
Ingresamos a la habitación y él asintió.
Rodee la cama con una caminata lenta, mirando por primera vez la habitación que compartiriamos desde ahora, nuestras maletas estaban depositadas en una de las esquinas del armario de tamaño mediano que había allí, varios muebles de madera, una alfombra de tonos marrones aldedor de la cama, una televisión de tamaño prudente, lámparas y la gran ventana con vista al bosque, me acerqué a esta luego de bajar a Lando y deslice lentamente la cortina de color beige.
La noche estaba en calma, no había ni una brisa fresca, era cálida, muy cálida que en cualquier momento podría quedarme dormido allí mismo.
Los árboles estaban tiesos en su lugar, sin mover ni un poco de sus hojas, muchas rocas y varios arbustos, algunos hasta con un poco de fruta o eso era lo que podía ver con la poca iluminación que daban los faros que proporcionaba la cabaña. Alcé la vista para ver como las estrellas mostraban sus brillos con el incansable tintineo que se podía ver de varios colores, como el del arco iris.
La luna era gibosa creciente, casi en su punto de luna llena.
"Una maravilla" como lo había expresado Alex en la hora de la fogata.
Sonreí porque el momento daba para que lo hiciera, en esta habitación me sentía en paz y tranquilidad, sin que los problemas mínimos que tuviera pudieran evitar mi plena calma, la que siempre necesitaba.
Al girar, me encontré con la imagen de Lando acurrucado en el lado derecho de la cama, sus brazos se sujetaban fuerte de la almohada que se veía bien acolchada y tapado hasta la mitad con la sábana de color negro. Sonreí por la escena porque parecía un niño pequeño con gran cansancio luego de un día agitado y suponía que para él lo había sido luego de la gran caída que había tenido.
Tomé asiento a un lado suyo mientras mi vista aún no se había separado de su figura angelical, sus pestañas descansaban con serenidad y su ceño no estaba fruncido, parecía a gusto con tomar esa posición al mostrar su total cansancio por el día ajetreado.
No hice ningún ruido e intentaba no hacer movimientos bruscos al recostarme sobre el colchón para no perturbar su momento de paz consigo mismo. Al lograrlo y cerrar mis ojos con la intención de dormir me sorprendí un poco al oír su voz más suave de lo normal hablarme.
-Buenas noches- giré para verlo con una pequeña sonrisa pintada en sus labios.
Su rostro tomaba unas sombras más gracias a las lámparas y antes de decir algo apagué estas quedando en una total oscuridad.
-Buenas noches, Lando-
Sin decir nada más volví a cerrar mis ojos y me rendí ante el sueño que había guardado desde la tarde.

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En la mañana, parecía ya muy tarde porque el sol estaba afuera por completo brillando y cegandome con sus rayos inflitrandose por el pequeño espacio que había en la cortina y podía verse a simple vista las pequeñas partículas de polvo flotando en el ambiente cerrado, la luz se veía a través del espacio que no me había preocupado por tapar ayer en la noche cuando miraba por la ventana.
La sensación de comodidad que sentía era llevadera que volví a cerrar los ojos con intenciones de volver a caer en el sueño, solté un suspiro, sabiendo que volver a dormir luego de ya haber despertado para mí era imposible.
Pero la sensación seguía allí, la calma y tranquilidad llenaban esta habitación, como si estuviera hecha especialmente para mí y sabiendo mucho sobre mis gustos podría apostar a muchas cosas que esta habitación, realmente, no iba hacia mis gustos. Pero sí era serena y muy estética.
Y cuando tomé cuenta sobre lo que pasaba a mi alrededor ya pude oír varias voces afuera, o más bien eran murmuros acompañado de las pisadas que se podían oír de igual manera gracias al piso de madera.
Fue en ese momento cuando lo sentí y temí porque mis pensamientos estuvieran diciendo únicamente la verdad porque lo admito, me gustaría esa sensación y que fuera para siempre.
Entre mi cuerpo y el de Lando no había ningún espacio que nos separase, que hubiera un espacio entre los dos y que sea grande era algo que no estaba sucediendo.
El inglés se encontraba justo detrás mío, su pecho y cabeza pegados a mi espalda y a mi cuello, con esa sensación de comodidad que en estos momentos no podría explicar y controlar.
Las palmas de sus manos también hacían acción, presionadas con fuerza contra mí espalda baja, las yemas de sus dedos eran tibias y eso convertía la situación en algo parecido a la intimidad y privacidad que necesitaban dos personas. En situaciones contrarias a las nuestras, claro.
Parecía ser que sus manos en algún momento de la noche habían sido presionadas contra mí espalda buscando el tacto que no podría brindarle por estar durmiendo y dándole la espalda.
Pero poco a poco iba pensado que fue la mejor decisión o en estos momentos ambos estaríamos abrazados y despertando para luego sentir la gran incomodidad sobre lo que acabábamos de hacer.
La cobardía me invadió sin poder responder de una manera parecida a la suya, me moví lentamente para no irrumpir en su sueño y despertarlo por mi torpeza, al ponerme de pie le dediqué una breve mirada y la culpa me invadió por un breve momento al ver su ceño fruncido.
Puse una pequeña mueca y luego me giré para tomar mi toalla en mano y salir de la habitación sin hacer ruido para dirigirme al baño apresurado.
El corazón me latía desenfrenado pero la alegría se sentía allí, dejándome confuso sobre lo que debería de estar haciendo en estos momentos.













🌷
Ahí tienen people, gracias por leer claramente 🫶🏻
Bueno, lo que quería avisar es que estoy escribiendo una historia de los lindos niños 🫶🏻 Kimi y Oliver.
Aaaaaaaaaa, tengo emociones encontradas con esa y espero les llegue a gustaaar.
Nos vemos 👋🏻
AH! UNA PREGUNTA SUPER IMPORTANTE.
Para ustedes quien es alfa y omega entre Lando y Oscar??
NECESITO SABER

Realmente me gustas | Landoscar [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora