Capítulo 2: Un trabajo para los Mugiwaras
—¡¡¿Ehhhh?!! ¡¿Un esqueleto parlante y unos muertos vivientes estuvieron aquí?!— exclamó con sorpresa, decepción y asombro el líder de los Mugiwaras, Luffy, un chico de cabello negro, chaleco rojo y una cicatriz en su mejilla, quien recién estaba al tanto de la inusual mañana que habian tenido sus amigos, —¡Quiero conocerlos!, ¿Cuándo volverán?— parecía estar haciendo pucheros por perderse toda la acción.
—Luffy, ¡te digo que los muertos vivientes eran aterradores!— exclamaba Usopp con temor —no quiero que vuelvan— dijo en un sollozo.
—Pero lo harán — aseguró Nami, cansada por la actitud de ambos —dijeron que volverían al anochecer — mencionó aquello volteando a ver su reloj mágico, viendo que pronto saldrían a la oscuridad las criaturas nocturnas.
—¿Cómo eran ellos?— preguntó Franky, un hombre cyborg con cabello celeste, quien acomodaba el letrero del local que Usopp había pintado en ese rato.
—Parecían completamente humanos, incluso se movían y hablaban como cualquier persona— mencionó con emoción y miedo Chopper.
—Jamás había escuchado nada igual, sabía que eran lentos y apenas saben pronunciar frases coherentes— contestó Franky mirando su trabajo terminado y volteaba a ver a sus amigos, —¿Seguros que se trataba de muertos vivientes?
—Tenían la runa de la resurrección— aseguró Robin, la experta en runas y lingüística mágica —Jamás había visto criaturas parecidas, el ritual de la nigromancia era perfecto— alabó pensativa.
—¡Ya quiero conocerlos!— exclamó con mayor energía Luffy, con los brazos extendidos al aire.
—No desesperes Luffy— exclamó con calma un hombre de voz profunda, cabello verde y mirada penetrante, que había permanecido en silencio y apartado de los demás —ellos ya están aquí— mencionó alejándose de la pared en la que había estado recargado y se colocaba frente a su grupo en una posición amenazadora para los recién llegados, porque sí, el peliverde, llamado Zoro, apenas sintió su presencia los consideró una amenaza.
—¿Quién de ustedes es Monkey D. Luffy?— preguntó con autoridad la mujer pelirrosa una vez tuvo enfrente al hombre peliverde.
—¿Por qué crees que no lo tienes frente a ti?— El tono de sarcasmo Zoro salió a relucir, logrando que todos los Mugiwaras se tensaran por la agresiva actitud.
—Se identificar a un líder, y tú no lo eres— habló la mujer con desinterés, acto que logró sacarle a sus escoltas una pequeña sonrisa de burla.
—Yo soy Monkey D. Luffy — se presentó el chico de chaleco rojo asomándose de la espalda de Zoro y se acomodaba un sombrero de paja en su cabeza —¿qué buscan aquí?
La mujer suspiró de forma casi imperceptible, se le notaba en sus ojos alivio —Si es posible quisiéramos contratar sus servicios — dijo mientras sacaba de entre su capa una enorme bolsa que parecía contener un buen botín de monedas de oro —les daremos esto si escuchan nuestra historia, y dos más si aceptan nuestra petición de trabajo.
Quien rompió primero el silencio fue la chica pelinaranja, quien repentinamente tenía sus ojos en forma de monedas de oro —Vamos Luffy, al menos podemos escucharlos. —dijo repentinamente feliz.
—Que rápido cambias de opinión— hablaron en susurros Usopp y Chopper, quienes estaban a lado de la chica.
—Está bien, hablemos— dijo Luffy mientras sonreía enormemente—pero contestarán todas nuestras preguntas— lo dijo sin contener su emoción de conocer de cerca a esos muertos vivientes.
Los cuatro seres invocados asintieron a la petición del chico y miraron desafiantes al peliverde, quien no se apartó del caminó y obligó a los recién llegados a rodearlo para llegar a la habitación de los Mugiwaras.
—¿Sucede algo Zoro?— preguntó cauteloso Usopp, quien se acercó al otro al notar que no tenía intenciones de acercarse a los recién llegados.
—No me agradan en lo más mínimo— pronunció con molestia, mientras llevaba una de sus manos a la empuñadura de la katana que se encontraba en el cinturón de su cadera. Odiaba algo en los invocados, su mera presencia hacía que le hirviera la sangre y sentía temblar su espada por el deseo de cortar sus cuellos.
—Si Luffy los invitó a pasar no deben ser tan malos— aseguró con confianza el otro, sabiendo que ningún ser mágico podía entrar a la habitación de los Mugiwaras si no eran invitados.
Zoro suspiró y con un movimiento de cabeza le hizo saber al otro que tenía la razón, por lo que ambos terminaron de entrar a la habitación y mantuvieron una distancia prudente a los 4 seres invocados, quienes se encontraban sentados en la única mesa de la habitación.
—¿Quiénes son ustedes?— hizo su primera pregunta el líder de los Mugiwaras mientras se quitaba su sombrero y comenzaba a jugar con él moviéndolo de una mano a otra.
—Mi nombre es Reiju, y ellos son mis hermanos Ichiji — señaló al hombre de cabello rojo — Niji — señaló al de cabello azul —y Yonji— al de cabello verde.
Aquello sorprendió a todos, eran una familia de muertos vivientes, era sabido que los nigromantes experimentados solo invocaban a un familiar o dos por vez porque el coste de energía mágica era demasiada para poder mantenerlo en el mundo de los vivos. Pero ellos eran 4 perfectos muertos vivientes que se movían y hablaban a libertad.
—¿Quién los invocó?— preguntó Robin, siendo la primera en saciar su curiosidad.
—Todos fuimos invocados por nuestro hermano, su nombre es Sanji.
—Nadie posee la cantidad de energía mágica para invocar a 4 muertos vivientes a la vez— dijo sin disimular su sorpresa.
La mujer, Reiju, sonrió con amabilidad —Sanji ha pasado los últimos 120 años perfeccionando sus habilidades de nigromancia para poder mantenernos a todos a su lado.
Nadie comentó nada ante la sorpresa de la información.
—¿Y por qué acudieron a Luffy?— se apresuró a preguntar Nami, viendo que Luffy no salía de su asombro.
El grupo de invocados se tensaron ante la pregunta y los hombres miraron expectantes a la mujer, quien, ya era obvio, era la líder —Se trata de nuestro hermano, no podemos volver a su lado— dijo seria, y antes de poder continuar fue interrumpida.
—¿Quieren que lo busquemos?— preguntó sin entender la pelinaranja.
Reiju negó ante la pregunta —Nuestro hermano nos ha dado la libertad de recorrer este mundo sin límite alguno, sin embargo es necesario volver a su lado cuando la energía mágica con la que nos alimentamos se consume— explicó paciente y después de un suspiro continuó —pero un grupo de hechiceros se llevó a nuestro hermano y lo han mantenido lejos de nosotros.
—¿Saben dónde está?— preguntó Luffy, volviendo a colocarse en su sitio su sombrero.
—Enies Lobby— dijo con severidad la mujer, dejando a todos sin palabras.
—¿Qué es Enies Lobby— preguntó el más joven del grupo, Chopper, mirando a Franky que estaba a su lado.
—El grupo de hechiceros, magos, brujas y druidas más grande de estos tiempos, ellos controlan, entrenan y deciden la existencia de los seres mágicos de este mundo— habló con una mirada lejana, mirada que compartió con Robin, quien también se había perdido de lejanos recuerdos de su niñez —Básicamente deciden si pueden o no existir entre nosotros.
La mujer pelirrosa asintió ante lo dicho y prosiguió —Se llevaron a nuestro hermano para juzgarlo por nuestra existencia en este mundo. Y ya que nosotros no podemos entrar...
—Quieren que lo traigamos de vuelta, ¿cierto?— intervino Luffy con una sonrisa decidida.
. E L . N I G R O M A N T E .
. O N E . P I E C E .
. Z O S A N .
. 2 0 2 4 .
. A N N S O W I 8 0 .
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El nigromante ::Zosan::
Fanfic[TERMIANDA!] Los nigromantes, hechiceros mortales que han estudiado las artes prohibidas en busca de escapar de la muerte, poseen un profundo conocimiento de la hechicería nigromántica. Son individuos extremadamente peligrosos. Zoro conoce a uno en...