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Los dos hermanos estaban tan sorprendidos de ver a su hermano dándole de comer al azabache en la boca, sabían muy bien que Haruchiyo solo se preocupaba por él mismo, era rara las veces que se preocupaba por ellos, a los que estaban a su alrededor ni los notaba, es más los trataba como insectos sin valor.

-Abre la boca- dice Sanzu con el ceño fruncido. Takemichi no le quedaba más de otra que obedecer, no quería apresurar su muerte, mientras tanto Sanzu se mostraba satisfecho por el actuar del azabache, aunque no lo pareciera, por dentro estaba saltando de alegría, pensando que si seguía a ese ritmo muy pronto el hermoso chico le iba dar un ¨si¨ como respuesta. Pero era todo lo contraria, Takemichi solo acepto por el miedo, y por qué le dio ternura la forma en la que lo miraba, como un cachorro regañado. 

Al terminar el desayuno, el azabache les ofreció en darle un recorrido por los jardines, ya que como el Marques tenía visitas importantes, ellos se quedaban dentro del palacio, rápidamente salió con las tres serpientes en brazos. Pero antes paso dejando el carrito en la cocina, en su camino se detuvo ya que noto a su padre con otros tres hombres.

Rápidamente los reconoció, estaba el Maques Baji; un hombre bien parecido, se notaba que tenía la misma edad que su padre, un hermoso color de ojos cafés y un hermoso pelo bien cuidado. Seguido estaba el Marques Hanemiya; el hombre no se quedaba atrás, también tenía lo suyo, ojos color amarillo con un lunar al lado del ojo derecho, de un color de pelo negro. Y por último, se encontraba conde Matsuno; ese hombre era uno de sus favoritos, era estricto en lo que hacía, juraría que si fuera del género opuesto hubiera sentido cosas de mujer, color de ojos verde esmeralda, un poco más alto que los tres adultos y un color de pelo amarillo claro. Era como si estuviera viendo a primera fila una pasarela de hombres adultos guapos. 

Negó rápidamente, tenía que permanecer oculto, ya que si su padre lo llegase a ver sin duda alguna recibiría algunos golpes que lo dejarían en coma por varios días, al asomarse noto que los cuatro adultos habían ingresado a la oficina, rápidamente salió de su escondite para seguir su camino a la cocina.

Al llegar noto que no había nadie, entro sigilosamente para no hacer ningún ruido y antes de retirarse tomo una canasta metiendo en ella un par de panes, por si se les antojaba en su caminata con las serpientes. En todo el camino no se topó con ningún mayordomo o criada, eso lo tranquilizo un poco y a la vez lo alarmo, tenía sus sospechas, pero se negó a si mismo pensando que tal vez solo estaban tan ocupados.

Al pasar por varios pasillos y caminar unos minutos, al fin llegaron, un jardín que nadie iba, si estaba bien cuidado, pero no era como los jardines principales, o el invernadero que su madre tenía en uno de los jardines secundarios. – Perdon si no es tan bonito, pero es el único lugar en donde no vienen las criadas- dijo, dejando a los tres hermanos en pasto. 

Los tres miraron con tanto asombro el hermoso jardín, a pesar de que el azabache había indicado que no era tan bonito como los demás jardines, se notaba el sumo cuidado que tenía.

-Iré a explorar primero- dijo Senju con una gran sonrisa.

-Senju, ten cuidado- dijo Takeomi molesto, decidiendo ir tras ella, ya que conociendo a su hermana es posible que se meta en problemas.

Mientras tanto, él azabache observo como las dos figuras desaparecían velozmente de su vista. Antes de decir más de alguna palabra sintió como era abrazado de la parte de atrás - ¿Qué haces Sanzu? – dijo con voz temblorosa, sintiendo el agarre posesivo que tenía en su cintura, dejando escapar un pequeño gemido al sentir la lengua húmeda del chico sobre su cuello.

Sanzu estaba tal feliz al tener el pequeño cuerpo tan pegado al suyo, disfrutando como temblaba bajo su toque y sobre todo ese pequeño gemido que salió de esa hermosa boca, quería más, quería hacer un desastre en él, quería probar más, quería hacerle repetir una y otra vez su nombre, quería escuchar más esa hermosa voz, pero se detuvo al escuchar como el azabache le llamaba por un apodo, ¨suzu¨.

HISTORIA MAL CONTADA (ALL X TAKEMICHI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora