Loss gritos, lágrimas y sangre eran lo que más sobraban en aquella mañana horrible para todos. Pero mucho, mucho más para Rodri, el que se sentía como la peor basura que podía existir en un planeta como este. Entre sus brazos cayó el cuerpo apuñalado de su gran amor, sus sentidos se pusieron ebrios mientras sentía como la cabeza le daba vueltas y lágrimas espesas comenzaron a caer por sus mejillas, bañandolas en un llanto silencioso mientras todo el mundo se caía alrededor.
"¡Llamen a la ambulancia!" Escucho Rodrigo mientras sentía como su ropa se bañaba entre la sangre espesa y de color rojo intenso, el arma blanca había sido incrustada en su abdomen. Iván estaba herido, demasiado herido.
Rodrigo sintió que su garganta se cerraba mientras sostenía a su amado entre sus brazos, tampoco se dió cuenta cuando cayó al suelo de rodillas mientras sostenía con desesperación y conmoción al azabache entre sus brazos temblorosos que parecían ser de gelatina.
Iván tampoco creyó que podía hablar, no cuando la sangre no dejaba de salir.
—Rodri...
Murmuró el pelinegro en un hilo de voz mientras tenía sus ojos entrecerrados de color marrón, mismo color que el café, pero ahora se veía marchito sin vida, apunto de apagarse en una oscuridad absoluta.
Pero al parecer el castaño de ojos verdes reaccionó al instante de escuchar su nombre. Y claro, a pesar de que el azabache estaba en sus últimos momentos pronunciaba su nombre como la mantequilla y como la miel extremadamente dulce. Rodrigo pudo jurar que aquella voz (dulcemente apagada) eran los cantos de angeles llorando.
—Iván...—Dijo, finalmente saliendo un poco de su estado. Pero en cuanto salió, se dió un balde de agua fría, entrando a la realidad.
—¿¡Por qué hiciste eso?!
Dijo Rodrigo entre sollozos. Agarró las manos de Iván mientras veía una sonrisa débil tirar de sus labios, haciendo que los hoyuelos en sus mejillas aparezcan, aunque fue débil la sonrisa, Rodrigo pensó que aún así era la más bella que pudo ver.
—No lo sé... Fue un impulso, quizás..
Dijo y rio sin gracia, con la voz apagada y sin ánimos de seguir hablando, a Iván le dolía la herida, y le dolía más ver a Rodrigo llorar
Silencio
El silencio paso por un momento
Rodrigo no sabía que decir, quería golpear a Iván y decirle que era un tonto por hacer eso, aunque no podía, no cuando lo amaba tanto y ahora mismo estaba entrando en pánico de perderlo.
—Te amo... Rodri.
Le dijo Iván mientras cerraba lentamente los ojos, cansado por la sangre que había perdido (y que estaba plasmada en la camisa y suelo donde estaban ambos)
Rodrigo se quedó en silencio, atónito mientras tenía los ojos muy abiertos y se quedaba en estado de shock. ¿Podía ser el último te amo que iba a salir de sus labios rosa pálido? Iba a ser... El adiós?
Rodrigo negó mientras comenzaba a desesperarse y agarrar el rostro de Iván, diciendo su nombre bajo mientras su rostro se llenaba de lágrimas.
—Ivi... Iván... No... ¡No puedes morir, dijiste que estarías para mí siempre!
Dijo desesperado, parece que muchos estudiantes habían quedado en shock sin saber lo que pasaba.
Angie estaba, igual de sorprendida. Estaba tan en shock, que sintió como todo se congelaba. Pero un grito devastador la saco de su trance, eran los sollozos y lamentos de Rodrigo, gritando el nombre de Iván con desespero. Angie corrió y fue a agarrar a Rodrigo de los hombros, lentamente mientras trataba de calmarlo.
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𝑇𝑅𝐀𝐍𝑺!★
FanficRodrigo tiene un pequeño secreto, y tras un divorcio de sus papás se tiene que mudar a Buenos Aires, y en la gran ciudad se pierde por buscar una tienda, y conoce a un apuesto chico -Niño, ¿Por qué lloras? ¿Estás perdido? 𝘈𝘷𝘪𝘴𝘰: 𝖤𝗌 𝗌𝗈𝗅𝗈...