twenty-one-END! ★

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El espacio era un agujero negro que cuando nació la primera estrella, se iluminó inmensamente hasta  quedar como ahora está. Por supuesto, esa estrella es el sol, la más brillante del mundo.

Y para Angie y los demás, sintieron como si en toda aquella situación una estrella inmensa hubiera nacido.

—Los vídeos están claros, sin edición ni nada. El arma blanca se identifico con facilidad.

Se dirigió el policía hacia los alumnos.

—Bueno... Todavía es menor de edad, pero definitivamente podríamos meterla a una cárcel de menores durante un tiempo.

Hay muchas felicidades diferentes en la vida. El sistema humano tiene muchas maneras de expresar cuando pasa un momento demasiado feliz, gritar, reír, sonreír grandemente, o hasta llorar.

Angie y los chicos eran un remolino de sentimientos, soltaron lágrimas cortas y se abrazaron. El policía platicó un poco más con ellos para dar un informe mejor, probablemente el caso se iba a hacer, porque claro, en un mundo de policías corruptos existían policías que sabían cuál era su trabajo, que sabían que era la verdadera justicia. Obviamente el caso sería privado, sin audiencia para proteger la identidad de la menor de edad acusada de homicidio.

Era simplemente feliz. Sin Regina, ya no habrían acosos, ya no habría gente que se lastimará por el bullying masivo que Regina hacia, tampoco personas heridas por su maltrato.

Rodrigo sería feliz, sería feliz siendo el chico que siempre fue, solo que las mentes estúpidas de otras personas no podían procesar eso. ¿Pero importaba que lo hicieran ahora? En realidad no, porque Rodrigo era feliz siendo él, tomando sus propias decisiones y sintiéndose cómodo con él mismo. Todavía era inseguro, pero en el fondo, esos pensamientos que le parecían egoístas, sobre sentirse bien consigo mismo, los tenía ahí, y aunque fueran mal catalogados, los sentía.

 Todavía era inseguro, pero en el fondo, esos pensamientos que le parecían egoístas, sobre sentirse bien consigo mismo, los tenía ahí, y aunque fueran mal catalogados, los sentía

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Las tormentas son pasajeras, ¿Cuando ha llovido por un mes? Son momentos cortos, que aunque pueden mojarnos o aturdirnos por el ruido, nunca será para siempre.

Y tampoco las heridas.

Una cabeza estaba encima de un colchón duro, sosteniendo una mano algo fría que estaba ahí, como si se tratara de una muñeca de trapo. Había un aparato que no dejaba de chillar para marcar ritmos cardíacos, el olor a hospital se sentía en el aire como feromonas, de analgésicos, tristeza, sedante, insulina.

Rodrigo estaba dormido. No se percató en que momento había caído en los brazos dulces de Morfeo. Había pasado ya la primera noche así, Angie y los demás todavía no habían venido, Victoria pasó en la tarde a charlar un rato y luego irse.

Y no llevaba mucho tiempo en el hospital en realidad, con esa ya sería la segunda noche que pasaría.

Pero entre sueños, sintió un apretón.

Uno

Dos

Tres...? Fue una caricia leve.

Cuatro

𝑇𝑅𝐀𝐍𝑺!★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora