Marvel: Como la Mujer Maravilla

La tristeza de George

¡Hola, muchachos! Mi nombre es George y resulta que estoy involucrado en un trabajo bastante poco convencional. La vida era una auténtica maravilla hasta el año pasado, ¿sabes? Estaba viviendo a lo grande, rodeado de hermosas damas, fajos de dinero en efectivo y un suministro interminable de drogas. Era como si estuviera cabalgando sobre las olas de pura felicidad, pasándome el mejor momento de mi vida.

Pero entonces, esa mujer problemática entró en escena y todo fue cuesta abajo a partir de ahí. Ella sola puso de rodillas nuestro próspero negocio, dejando nada más que ruinas a su paso. ¡Esa maldita mujer! Ella puso todo mi mundo patas arriba.

Ahora me encuentro tras las rejas, pagando el precio de mis acciones. Sin embargo, recientemente me concedieron la libertad condicional y estoy de nuevo en las calles, haciendo lo que tengo que hacer para llegar a fin de mes. Vender heroína se ha convertido en mi medio para recaudar el dinero que tanto necesito y que planeo destinar a otras empresas. Hay que apresurarse, ¿sabes?

Mientras narraba mi historia triunfal, noté un cambio repentino en la atmósfera cuando los individuos que me rodeaban cesaron sus actividades y fijaron su mirada más allá de mi espalda. Fue en ese momento cuando una sensación inquietante se apoderó de mí.

"Nunca aprendes", esa voz, no olvidaré a quién pertenece.

Al volver la cabeza, la vi de pie con su icónico traje metálico de una pieza y botas hasta la rodilla. Se cruzó de brazos como si intentara enfatizar su ya grande busto, pero en comparación con su trasero.

" ¿Ya terminaste?" me preguntó en tono perezoso.

"Bueno, ¿cómo vas a detenerme parándote solo?", continuó.

"Ja, ¿no sabes lo básico o incluso contar? Mira a mi alrededor, hay..." Comencé a burlarme de ella, comencé a contar a mis hombres solo para darme cuenta de que estaban desaparecidos.

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"Tienes derecho a permanecer en silencio", informó un policía a George esposándolo.

"Otra vez no, hombre"