ACTO 1: 2010

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Junio 2010

Era el inicio del verano, y el calor era abrumador; las temperaturas alcanzaban los 40º grados a la sombra. La familia Black Parker se encontraba en un viaje hacia Nueva Orleans para visitar a sus amigos de toda la vida, los Mikaelson. La conexión entre estas familias era tan profunda que Klaus Mikaelson, el híbrido original, era el padrino de la pequeña Sarah, su única hija.

La familia Black Parker, compuesta por Jacob Black y Olivia Parker, junto con su hija Sarah, de tan solo cuatro años, llevaban aproximadamente dos horas en la carretera, de un total de cuatro que durarían su travesía. La emoción por el viaje y la expectativa de ver a la familia Mikaelson mantenían a Jacob y Olivia animados, pero la pequeña Sarah comenzaba a sentir la impaciencia del trayecto. Desde el asiento trasero del auto, con su peluche favorito en brazos, empezó a hacer preguntas.

—¿Papá, mamá, queda mucho para llegar a Nueva Orleans? —inquirió con una mezcla de curiosidad y ansiedad, esperando ansiosamente una respuesta.

—Cielo, aún quedan un par de horas. Trata de dormir y te avisaremos cuando lleguemos —respondió Olivia, intentando calmar a su hija con un tono suave y cariñoso. Sarah, al escuchar la voz tranquilizadora de su madre, abrazó su peluche y cerró los ojos, buscando el consuelo del sueño.

La paz en el auto, sin embargo, fue efímera. Apenas habían pasado unos minutos cuando un camión, que venía en el carril contrario, cruzó inesperadamente al carril donde estaba el vehículo de la familia Black Parker. Jacob, sorprendido y sin tiempo para reaccionar, no pudo evitar el inminente choque que cambiaría sus vidas para siempre. En el instante previo al impacto, Olivia tuvo la presencia de ánimo para realizar un hechizo rápido que permitió que Sarah saliera ilesa de aquel desastre.

El choque fue devastador, destruyendo el automóvil y atrapando a la pequeña Sarah en su interior. La policía, junto con ambulancias y equipos de rescate, llegó rápidamente al lugar del accidente. En medio del caos, los rescatistas lograron liberar a Sarah, llevándola al centro hospitalario más cercano para un chequeo, donde se confirmó que estaba ilesa, aunque muy asustada.

El mismo Klaus Mikaelson, al enterarse del trágico evento, se apresuró al hospital acompañado por su hermano Elijah, con la promesa que le había hecho al padre de Sarah de cuidarla en caso de que algo le sucediera a su familia. Mientras tanto, los médicos habían administrado un sedante a la pequeña para que pudiera descansar, ya que el trauma del accidente la había alterado.

Al llegar a Nueva Orleans, Klaus y Elijah condujeron al hospital con la pequeña Sarah en brazos. El trayecto se sintió mucho más corto, cargado de una mezcla de tristeza y responsabilidad. Finalmente, llegaron a la mansión Mikaelson, donde todos los miembros de la familia esperaban ansiosos. Hope, la hija de Klaus y Hayley, había estado despierta, llena de emoción y curiosidad.

Durante mucho tiempo había deseado tener una hermana con quien jugar, y ahora se encontraba ante la posibilidad de tener una, aunque no fueran hermanas de sangre.

Klaus, con su naturalidad y ternura, cargó a Sarah, que aún dormía en sus brazos, mientras se dirigía hacia el cuarto que había preparado para ella, asegurándose de que se sintiera cómoda y segura. Con delicadeza, la acomodó en la cama, cuidando de no despertarla, y luego regresó al salón principal donde ya lo esperaba Elijah, así como el resto de la familia.

Al entrar en el salón, Hayley, quien sostenía a Hope en brazos, se acercó a Klaus, visiblemente preocupada.

—¿Ella está bien? Quiero decir, es pequeña y no entiende bien lo que ha pasado, pero me preocupa si está ilesa... —preguntó, su voz reflejando la inquietud que todos compartían.Klaus asintió, entendiendo la preocupación de Hayley.

LA HISTORIA DE MI VIDA --SARAH BLACK PARKER--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora