• problemas

604 34 124
                                    


Estuve toda la noche pensando en ese momento con Chester... su sonrisa, su mano tocando la mía... carajo, ese tipo sí que es atractivo, ¡mierda!

De repente, tocaron la puerta de mi habitación.

—¡Ey! Draco, ya está el desayuno, ven y siéntate en la mesa —dijo Melodie.

¿Desayuno preparado? ¿Acaso ella cocinó algo? Parece que se levantó de buenas la loca esa.

Me levanté de la cama y salí de mi habitación aún con mi pijama blanca con dinosaurios. Es infantil, pero linda, ja.

—Meow... ¿acaso te sientes bien usando eso? Eww, qué decepción eres —dijo Kit mirando mi pijama.

—¿Y tú? Mírate, ni ropa usas, atrevido —le respondí bromeando, lo cual el gato no tomó de buena manera.

—¡Ya basta los dos! —dijo dramáticamente Melodie— Hoy me dieron ganas de cocinarles, así que les hice unos waffles. Espero que les guste, jiji.

—¿Qué es eso...? —dije en voz baja para que ella no escuchara. Eso parecía cualquier cosa. ¿Eran de chocolate o estaban quemados? Voto por quemados—. Yo no comeré eso —hablé mirando con desprecio esos supuestos waffles.

La felicidad de Melodie desapareció al instante. Su cara de mal humor apareció nuevamente.

—¿No sabes cuánto me tardé haciendo eso? ¡Eres un malagradecido! —me miraba con odio y luego suspiró—. Sé que no soy la mejor cocinando, pero lo hice con cariño. Sé que los tres empezamos con el pie equivocado, así que quise empezar todo de nuevo, algo que ustedes no colaboran, ¡uhg!

—Bien, pero en serio no comeré eso. No me quiero intoxicar, lo lamento, Melodie —le contesté. La verdad, no me importa eso de empezar de nuevo. ¡Esa tipa es una loca!

—Ew, yo menos —contestó el gato tirando el plato con los waffles al piso.

Melodie nos miró sin ninguna expresión. Se dirigió a su cuarto y cerró la puerta con fuerza. De repente, se escuchaba su llanto detrás de esa puerta. ¿La cagamos, cierto?

—¿Está llorando? —pregunté al gato.

—Meh —me contestó ignorantemente, acicalándose.

—Emm... —me levanté del asiento y me dirigí a la puerta de la habitación de Melodie. Toqué la puerta—. Voy a pasar —abrí la puerta y estaba Melodie sentada en su cama con las manos en la cara.

Me acerqué a ella y me senté a su lado, manteniendo una distancia prudente.

—Perdóname, Melodie. No era mi intención lastimarte, pero... la verdad prefiero hacerme yo mismo mi desayuno, ¿sabes? Jeje...

Su llanto comenzó aún más fuerte. Carajo, lo empeoré.

—Deja de llorar, te ves terrible así. ¿En serio alguien como tú se verá así al frente de otra persona? —dije, sabía que eso haría que se calmara.

Sacó sus manos de su cara y me miró enojada, con todo su delineado corrido por sus lágrimas.

—Eres realmente inútil animando —dijo Melodie.

—Lo soy, como tú en la cocina. No todos somos buenos para algunas cosas —le contesté.

—¡Ya! Mejor cállate, no sirves para eso —tapó mi boca con su mano mientras se reía torpemente—. No, en serio, ya cállate.

Agarré su mano para liberar mi boca de ella, soltándola al segundo.

Pasamos la tarde hablando. De vez en cuando nos enojábamos ambos, pero luego se nos pasaba. Me estaba uniendo más con Melodie, hasta que estábamos los dos en un mismo sofá jugando un juego de mesa. Obvio, Kit también estaba con nosotros.

Enamorado De Ti (Dracoxchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora