Katsuki estaba en la copa de un árbol, o al menos en una rama grande que resistiera el peso de su acompañante.
Katsuki miraba todo con atención, y con real admiración. Realmente comenzaba a entender porqué Deku vivía en el bosque, su naturaleza era realmente hermosa. Pero no lo aceptaría en voz alta.
—¿Ves de lo que hablo?— habló el peliverde, admirando la lejanía con una mano alzada a la frente para evitar que el sol golpee su vista. Sonreía con suavidad, Katsuki no podía evitar mirarlo.
—Una mierda.— Katsuki dijo, pero no sonaba duro, realmente mentía. Pero sintió un golpe en la cabeza.
Katsuki se volteó bruscamente a ver a Deku, quien lo había golpeado.
—No insultes mi bosque.— Dijo el de las pecas, con el ceño fruncido, claramente enojado por lo que opinó Katsuki.
El rubio soltó un suspiro. Había ido al bosque luego de tener un entrenamiento con sus amigos, dentro de unas dos o tres semanas debería comenzar la pelea de gladiadores, y Katsuki quería ganar, estar preparado.
Había pasado unas 2 semanas desde que Deku y Katsuki se habían visto, apenas ayer Katsuki decidió ir a pedirle disculpas por lo sucedido, y ambos decidieron olvidar ese momento tan incómodo.
—Sí, lo que sea.— Respondió Katsuki, con irritación.
Deku suspiró, comenzó a escalar para bajar del árbol, él era muy atlético, digo, ¿Cómo no lo sería? Vive en el bosque, esas cosas las aprendió con el tiempo.
El rubio siguió Deku, prefirió no usar su daga para clavarlas en el árbol, sabía que Deku se enfadaría, por lo que solo seguía el paso del pecas para bajar escalando.
—Oi, Deku.— Dijo él, siguiendo de cerca al peliverde.
—¿Qué pasa, Kacchan?— Preguntó. Finalmente ambos bajaron del árbol, Katsuki bajó de un salto alto y siguió a Deku.
—Ven conmigo a mi reino.— Dijo directamente. Deku se frenó en un segundo.
Todo quedó en silencio, lo volteó a ver. Tenía los ojos muy abiertos, como preguntándose que qué había sido eso, parpadeó con mucha confusión.
—¿Qué...?
—Que te invito a que pases el día en mi reino.— Volvió a repetir, con una mirada neutral y tranquila. Aunque por dentro se moría de la pena.
—¿Por qué? No estoy entendiendo...— Deku se rascó la nuca y se dirigió hacia la laguna que se encontraba frente al árbol gigante, apodado "el árbol de los deseos".
—Es una sugerencia, no te obligo. Cómo he venido a tu bosque, tú deberías venir a mi reino.— Dijo Katsuki, sentándose frente al laguna y admirando el cristalino color del agua, y su vista hacia la profundidad de la laguna, viendo los peces nadar.
—¿Lo estás diciendo enserio?— Dijo Deku, Katsuki no lo volteó a ver, pero sabía perfectamente que Deku parecía estar emocionado, y sus ojos brillaban.
—No invitaría a cualquier extraño a mi reino.— Dijo el rubio, finalmente miró a Deku, este sonrió suavemente, pero luego su sonrisa se borró. — ¿Qué pasa?
—No quiero abandonar el bosque...— Dijo Deku, encogiéndose en su lugar, pensativo.
—Yo lo cuidaré por tí, Midoriya.— Una tercera voz se unió. El amigo de Deku, el pelimorado; Shinso.
Katsuki lo miró con confusión, y con algo de irritación, aunque no sabía de qué, ¿Quién era ese tipo y por qué conocía a Deku?
—Shinso-kun.— Deku habló, fue con el pelimorado y le dió un abrazo, eso irritó a Katsuki más de lo que debía, ¿Por qué se ponía así? Dios, no eran nada, no tenía que ponerse así por una estupidez.
—No te preocupes, Midoriya. Yo me encargaré de cuidar a Inko en lo que tú te vas. — Dijo Shinso, con una sonrisa, aunque era demasiado aburrida esa sonrisa. Deku rió con suavidad.
—¿Inko?— Katsuki no pudo evitar preguntar, realmente no estaba enterado de nada.
—Es el nombre de mi madre.— Dijo Deku, acercándose de nuevo a Katsuki, este recordó sobre lo que le había contado Deku, sin entender nada aún, ¿Qué no su madre estaba muerta?
—Puedes ir ahora, Midoriya. Hoy estoy libre, puedo cuidar el bosque en lo que tú paseas con el principe.— Dijo Shinso, Katsuki se detuvo, sintiendo un tic en el ojo.
¿Cómo diablos sabía ese cara de muerto que era el principe? ¿Su apariencia quizás?
—Oh, ¿Seguro...? Porque...
—Solo vé. Es una oportunidad única, Midoriya. — Alentó Shinso. Deku pensó por unos segundos, pero luego asintió.
—Bien. Vamos, Kacchan. — Sonrió Deku, con amabilidad. Katsuki desvió la mirada, realmente no quería verlo a los ojos, pero se le hizo satisfactorio saber que por fin podía ir con Deku a su reino sin preocuparse.
—Muevete.— Dijo el rubio, comenzando a caminar.
. . .
ESTÁS LEYENDO
"𝙆𝙖𝙡𝙤𝙣" - Katsudeku - Medieval
Science Fiction"...Qué eres bello." Gracias a la insistencia de sus compañeros, Bakugo decide investigar el bosque para saber de ese supuesto "Arbol concede deseos", pero en vez de conseguir un deseo, consiguió al chico más hermoso que jamás haya visto.