Seis; Conocerlo.

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Si bien Katsuki podía comenzar a entrenar hoy junto con sus amigos, su cabeza no lo dejaba en paz, sus pensamientos estaban llenos de solo una persona, el mocoso de las pecas.

Mierda, estaba tan distraído que olvidó las 3 regañadizas que le dio el profesor Aizawa por fallar en los entrenamientos, que terminó dsndo la excusa que se sentía mal para tomar un descanso, un descanso mental.

Sus amigos entrenaban, riendo y jugando, observando también como Denki caia de cara al suelo y nadie lo ayudaba solo para reírse de él. Patéticos.

Pero de su cabeza no salía el chico. Aquel chico que lo retó y se demostró como rival ante él... ¿será que ese chico era su deseo?

"Soy el guardián de este bosque.", No, no puede ser él.

Normalmente, la gente que está dentro de un bosque, o vive allí, tiene un pueblo, una casa, o un refugio para todos lo que vivan ahí. Pero ese chico... se notaba que vivía entre los árboles, entre la naturaleza...

Sin darse cuenta, estaba pensativo mirando al cielo, la expresión de curiosidad por esa persona inundó su rostro.

"Midoriya Izuku".

Era obvio que ese chico debía vivir en uns casa en el bosque, sería ridículo que viva entre los árboles, ¿verdad?

Continuaba en silencio, su silencio era nulo, tantos pensamientos... ¿Ese chico será el que el arbol concedió? No tenía cara de serlo. Pero quería conocerlo más.

-¡Blasty! ¿Qué haces? ¿Por qué tan pensativo?- La chica rosa irrumpió a su silencio, sentándose en la mesa que estaba delante de el rubio.

-¿Qué te importa? - Puso los ojos en blanco en señal de molestia por su llegada.

-Estás raro.- Respondió Mina, ladeando la cabeza.

-Mina tiene razón, no has entrenado, además estás silencioso, ¿Pasó algo, hermano?- Kirishima se unió a la conversación. Preocupado por su mejor amigo.

‐No paso nada, malditos metiches. - Respondió Katsuki a la defensiva, levantándose bruscamente para agarrar su espada y comenzar su entrenamiento.

-¿Tiene que ver con el bosque, Bakugou? - Un tono de voz burlón venía de Kaminari, quien detuvo su entrenamiento para hablarle a Bakugo desde el otro campo. - Tu fuiste al bosque, y nunca nos dijiste nada.

—Es verdad, Blasty. ¿Qué fue lo que viste? — Mina insistió, mirando con curiosidad a Bakugo. — ¿Lograste pedir un deseo?

—¿Pediste un deseo al menos? — Habló Kirishima, evitando el tono emocionado para no enojar a su mejor amigo más de lo que ya está.

—¡Basta, Escorias! — Gritó el rubio, golpeando el maniquí de madera tan fuerte que se rompió a la mitad. Todos guardaron silencio en cuestión de segundos, nadie dijo nada más.

—Solo me crucé a un mocoso que se creía mejor que yo, disparandome una flecha diciendome que me vaya. — Dijo serio, tratando de calmarse. Pateó el maniquí y fue a buscar otro.

—¿H-hablas de.... pecas, pelo verde, ojos tiernos? — Sero se unió, todos lo miraron, confundidos. Pero Bakugo lo miró sorprendido.

—¿Qué?.... — Dijo, luego pensó por un momento, haciendo memoria. — Sí.

—Ya veo, Midoriya Izuku.... — Sero pensó en voz alta, arqueando la ceja.

— ¿Ya ves qué, escoria? Habla. — Katsuki apuntó a Sero con su espada, Sero rió, medio preocupado.

— Bueno, lo conozco. Pero su vida es un misterio.— Dijo nervioso, poniendo sus manos en frente a la defensiva. — Solo sé que él protege el bosque, principalmente el arbol del deseo. Era un rumor, no lo creía cierto. Pero tú encuentro con él confirmó mi teoría. — Miró a Katsuki, este se había tranquilizado, y miraba al piso.

—Sé eso, me lo dijo. — Katsuki apretó los dientes. En un suspiro leve, dejó caer la espada al suelo.

— Tengo curiosidad por ese chico, sinceramente. No me agrada, es muy agresivo, pero me causa demasiada curiosidad. No se sabe quién lo conoce o quién tiene contacto con él, no es normal ese chico. — Informó Sero, concentrado en sus recuerdos para saber qué decir exactamente.

—¿Nadie sabe de él? No lo conozco, pero suena a callado antisocial. — Dijo Kaminari, acercándose a la situación entre risas.

—¿Por qué no te fijas si puedes hablar con él? Ya sabes, conocerlo. — Dijo Sero, algo emocionado y curioso por el supuesto guardián.

Katsuki parpadeó... Acaso....¿Podría volver a entrar al bosque y pedirle un café o esa mierda para comenzar a socializar? Lo dudaba.

"𝙆𝙖𝙡𝙤𝙣" - Katsudeku - MedievalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora