-Algo en ella me hace palpitar fuerte mi corazón. Es raro en mi
-¿Cuando será el día en que deje de ser rara?
Alex Musso, toda su vida la vive en un orfanato en la cual nadie la comprendía y más bien se burlaban de ella hasta que vino una luz de esp...
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LA LUZ DESPERTABA poco a poco a la peli roja, cuando se despertó trago de su vaso de agua que se encontraba ubicado en la mesita de noche. Fue al baño y después se vistió
Peniaba su cabello, vió como poco a poco se le iba creciendo y como se iba destiñiendo el color negro para poco a poco cambiar a su color original, rojo vino, se colocó sus anteojos, mientras arreglaba su cama el oji-azul llegó en busca de ella
—Gojo: Hola, hola —Saludó con su típica sonrisa torpe y sus manos en los bolsillos
—Alex: Hola Gojo, vámonos
Gojo salió de la habitación junto a Álex, está última cerró su cuarto y fueron en busca del salón de clases
—Alex: Gracias por esperarme —Sonrió levemente, alzó su cabeza para arriba ya que la diferencia de tamaño era notable
—Gojo: nah, no hay de que —Dijo perezosamente
Al llegar al salón de clases, la cara de la peli roja fue de asombró al ver a pocos estudiantes en el salón.
—Yaga: Buenos Días Alex y Gojo, siéntese —Habló el hombre robusto— Lamento decir que, Alex y Gojo mañana nuevamente se irán a Uruguay para acabar con la maldición
—Gojo: Ahs, de nuevo?
—Yaga: pues si, trajiste a la chica pero no acabaste con la maldición
Gojo solo bufó y Alex solo miraba la escena
—Yaga: Entendido?
La peli roja solo asintio
El entrenamiento era cansador y a Gojo le costaba manejar las armas malditas
—Gojo: Mierda! —declaró ante el golpe que le dio Suguru con el palo de madera que usaba
—Geto: Quien te manda a no utilizar las armas? —burló— Hay! — gritó de dolor al sentir un golpe en la cabeza.
—Alex: Lo siento Suguru, no quería pegarte muy duro —Disculpo la peli roja preocupante del estado de Suguru— estás bien?.
—Geto: Si, tranquila. No tienes que disculparte— sonrió levemente dando un pequeño sonrojo a la heterocromatica.
—Alex: gra-gracias..— su voz sonaba nerviosa al igual que las comisuras de sus labios marcaban una sonrisa llena de nervios.
La escena fue vista por Gojo que “pasó por alto” todo lo visto anteriormente, frunció su ceño ligeramente y aprovechando la distracción de los dos dió con su arma un zape a Álex y Suguru.
—Alex: Hay Dios!
—Suguru: Mierda Gojo!
Ambos chillaron de dolor al sentir el arma del oji- azul golpear sus cabezas
—Gojo: No es mi culpa que sean distraídos —Burló.
Pasarón aproximadamente 1 hora para que ya atardeciera indicando que ya había terminado el entrenamiento.
—Shoko: Quien va a dejar las armas? —Extendió su brazo de forma recta, sacó su dedo pulgar dando señal de que todos hiciéramos canelita de oro.
Todos se reunieron y hicieron el mismo gesto, Shoko hizo la canción y cuando terminó el sonoro su dedo terminó en el de Geto, hizo el gesto nuevamente y está le fue para ella.
Shoko y Geto recogieron las armas de todos.
—Geto: si quieren ya pueden adelantarse y ya de paso piden la comida para la cena.
—Shoko: Igual a mí, ya pidan mi comida. Todo menos el mondongo, es horrible.
—Alex: Claro, no hay problema —Sonrió y abrazo a los dos chicos para alejarse y estar al lado de Gojo, lista para irse.
La peli roja era alguien muy pegadiza cuando se habla de amistad, casi dependía mucho de ello, no le importaba el hecho de que Gojo fuera muy “molesto e imperativo” para los demás, para ella era genial ya que tenía a alguien que no se cansaría de ella “nunca”. Que tendría a un “amigo” con quién hablar y/o jugar, era muy infantil, distraida y muy, muy inocente
Algo que tenía en común con el albino era lo parlanchina y imperativa cuando entra en confianza, razón que le caía bien a Gojo a pesar de que la gente lo mira como un fastidio.
—Gojo: Vámonos — Posó su mano de forma ligera en el hombro de la menor
—Alex: okey — No dijo más y dió vuelta hacía Gojo para que sus piernas comenzarán a ir a la cafetería
—Gojo: Alex.. —Susurró coquetamente
—Alex: Que pasa? —Hablo algo sorprendida ante el pequeño susurró de peli blanco pasando por alto la forma coqueta de su habla
—Gojo: Si quieres podemos hacer algo más mientras esos dos vuelven —agregó pícaramente
—Alex: Claro —Sonrió y también Gojo dando pero el oji-azul sonreía con orgullo ante lo que iban hacer, pensando en algo pervertido— Podemos entrenar un poco más si gustas
Gojo quedó en shock ante la declaración tan inocente de ella, eso lo odiaba, que ella rechazara y no entendiera su sarcasmo y mucho menos su coqueteo indirecto.
—Gojo: ¿Sabes? Mejor vayamos a comer de una sola vez —Declaro algo frustrado, salió de sus pensamientos al darse cuenta de que pensaba mucho en ella.
Ella solo asintió
A veces se le pasaba por la cabeza si gustaba de ella pero..su orgullo le impide decir si
<<¿Será que me gusta Alex?..Ja! Imposible, es una débil niña, apenas sabe defenderse. Soy alguien muy fuerte y guapo para estar con débiles como ella. Nadie me merece por que soy “superior”>>
Sus pensamientos eran de orgullo en estos momentos, casi siempre eran así o eran de forma perversa, así era él. No tiene remedio, siempre tendrá el ego alto, nunca conseguirá pareja si sigue así ¿O no?
—Alex: ¿Que vas a pedir Satu? —Preguntó ella, sacando a Gojo de sus bastardos pensamientos
—Gojo: No lo sé, una tarta de chocolate
Alex no respondió nada más, se fue a donde entendían dejando al albino de pié al lado de la mesa.
Pensó en el cabello rojo de la chica, muy lindo y suave, un color único, esos labios rosados de forma natural muy bellos, sus pechos que parecían ni tan grandes ni tan pequeños, bastante atractivos e de tamaño aceptable para el, su trasero ligeramente grande..<<Basta Gojo, deja de imaginar eso, no te gusta las chicas inocentes, solo son torpes. Tu gustas de mujeres sexys, no se autistas>> renegó su último pensamiento perverso. No gusta de ella, solo es su amiga, solo le atraen chicas sexys, Es muy superior como para estar con alguien.