Desde pequeño fue alguien muy retraído, jamás le gusto estar cerca mucho tiempo de los demás, sentía que incomodaba, molestaba e incluso irritaba a la gente que lo rodeaba. Estar en ese momento ahí, sólo en medio de un largo pasillo lo hizo sentir tranquilo.
Su paso era lento, el sonido de sus zapatos chocar contra el azulejo del suelo lo mantenía en calma. Le extrañaba ver su escuela vacía, desde afuera se podía ver el mismo paisaje que todo el tiempo veía cuando estaba ahí, vagando por sus pasillos como un alma libre. Al final del camino se veía una luz particularmente brillante, su vista se vio perjudicada por la misma y se cubrió los ojos con una de sus manos para evitar ver aquel destello.
El silencio se sentía abrazador, suspiro y abrió sus ojos cuando pudo tocar la puerta al final de ese pasillo. Detrás de el comenzaron a escucharse murmullos, cosa que ignoro y siguió hasta poder abrir la puerta, dando la vista a aquel hermoso árbol otoñal que se mantenía aún con algunas hojas en sus ramas, a lo pies del tronco veía el montón de hojas secas que se habían caído.
La brisa de afuera se sentía fría incluso dentro de ese mundo, su cuerpo tembló como si la frialdad penetrara cada uno de sus músculos haciendo que cayera al suelo entre el montón de hojas que había, amortiguando la caída y evitando que se lastimara sus rodillas.
Su fantasía se vio rota, la madera del tronco mostro una descomposición apresurada de un momento a otro, dejando ver como se marchitaba de a poco, las pocas hojas que todavía se mantenían en el árbol cayeron a penas y pudieron, dejando al chico envuelto entre estás mismas, admirando como el árbol se torcía de a poco, hasta dejar algo sin vida, un color que no demostraba más que desgaste.
Todo se rompió como un cristal y de pronto todo se vio a oscuras, sus ojos parecían vagar entre está misma oscuridad, no percibió nada.
—Cuantas veces te lo he dicho...- Se dio la vuelta al escuchar aquella voz, su corazón casi se detiene debido al susto. La busco por todos los lugares posibles pero no vio ninguna figura, nada... —Y tu...- Un escalofrío lo recorrió como si estuviera recordando algo, y si, justo en ese momento estaba recibiendo sus memorias como un golpe de realidad.
Ese sueño...
—¡Siempre lo arruinas!- Escucho un estruendo, de inmediato abrió los ojos y las lágrimas no tardaron en inundar su visión.
Todo estaba tan normal en su habitación, el reloj de pared marcaba las cuatro de la madrugada y el sonido momentáneo de un "clock... clock" lo hacía notar, las cortinas se volvían traslúcidas bajo el alumbrado de la calle, sus peluches y almohadas estaban acomodadas perfectamente, ni una sola pluma sobresalía de la franela que los cubría... Y, parecía que lo único que no cuadraba bien ahí... era él.
Tapo su boca e intento retener un suspiro pesado que salió de sus labios con notable cansancio, limpio las lágrimas que habían caído por sus ojos, quedando con su mirar al vacío. Las sábanas de su cama se veían desordenas, no recordaba cuánto tiempo había estado ahí. Habían pasado un par de días, mintió diciendo que se sentía mal para no asistir a aquel lugar y verle la cara de nuevo a aquel causante de su "enfermedad"
El maquillaje se agotó, la piel de sus muñecas estaba lastimada, rasgada, tanto que ardía bajo la tela suave de su pijama, las líneas en su piel se veían como los pequeños rasguños de un gato, aunque estos fueran cuasados por una navaja que escondía bajo su almohada.
Se recostó de nuevo y cruzó las manos por su abdomen, escuchando sus sonidos, su respiración, sus pensamientos, la melodía de su corazón.
Todo había perdido su valor, había una clase de tapón que no le permitía escuchar con claridad...
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𝗕𝘂𝘁 𝗜'𝗺 𝗔 𝗚𝗼𝗼𝗱 𝗕𝗼𝘆! || 𝖪𝖺𝗓𝗎𝗌𝖼𝖺𝗋𝖺 𝗧𝗪⚠️
Fanfic¡! TW - Declaraciones y temas sensibles. - Ped∅f1l14 - Posible mención a las autolesiones. ¡Wattpad me borró el adelanto! 😿