IV

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—No existe moneda en toda Poniente que pueda persuadirme de hacerlo. —Aeron movió la cabeza en desaprobación. Provocando a los cinco alfas frente a él, quienes retomaron su trabajo de insistirle.

Se encontraban en una alcoba de la taberna del mercado. El bullicio exterior apenas se percibía a mucha diferencia del día anterior en donde hasta las voces eran difíciles de diferenciar. Aunque el factor que cambiaba los hechos no era ni más ni menos que el vacío inusual del lugar. Sin embargo, existía una razón peculiar para esto.

El día presente en la Villa era muy particular, y aún así, si se le preguntaba a cualquier lugareño sobre ello no dejarían salir ni una palabra. Aunque quizás por algunas monedas podrían ofrecer un par de frases confusas que disfrazarían como acertijos. Pero jamás lo dirían directamente, a pesar de ser populares por dicho evento.

Puesto que era allí en donde se celebraba la esperada y clandestina subasta más importante de todo Poniente, un evento que ocurría solo tres veces al año. Y hoy, precisamente, era una de esas ocasiones.

Era un mercado de artefactos robados, esclavos con personas extraviadas y claramente libres. Y lo más importante él tan esperado artículo exótico que se descubría hasta el final de la subasta. El artículo era lo más anhelado de la noche, atraía a los prófugos salir de las sombras y a los Caballeros abandonar su caballería.

Siempre era algo limitado, una leyenda, algo inimaginable hasta que lo tenías frente a tus ojos y jamás se repetía.

¿Cómo Aeron lo sabía?

Se acababa de enterar.

Resulta que el Blackwood se encontraba allí con la encomienda de conseguir el tan codiciado artículo exótico puesto que según él, el artefacto puesto a la venta allí había sido robado y su origen provenía de los Blackwood quienes lo querían de vuelta.

Aeron no dudó en expresarle su poca credibilidad.

El Blackwood solo le aclaró que el artefacto en sí no sería bien recibido sí se conociese que había sido robado, pero que sin dudar les pertenecía. Y por ello necesitaba recuperarlo.

Aeron les creyó aún menos.

Entonces el alfa le contó cómo el cerdo del día anterior era uno de los comerciantes de aquel mercado. Y que su principal comercio era la venta de esclavos sexuales y estos en su gran mayoría eran infantes que ni si quiera se habían presentado.

Aeron no necesito más para estar dentro.

Porque sí, el plan era entrar en la subasta, que a de saber era bastante exclusiva, robar el objeto y dejar libre a los esclavos.

Simple, ¿no?

Tres alfas esperarían afuera, uno en la parte trasera de la carpa en donde se celebraría, y los otros dos cubrirían las demás salidas. Y por otro lado él y Davos entrarían junto con otro de los alfas Blackwood.

Blackwood vs Bracken | HOTDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora