Dorian
“El infierno está vacío,
Todos los demonios están aquí”.William Shakespeare
Sin duda alguna, esa mujer tiene que ser un demonio que abandonó el infierno. Es imposible que sea tan excéntrica. Las reglas están para ser cumplidas, de lo contrario el mundo fuera un caos total. Aunque claro, ella no parece pensar de esa manera.
Después de nuestro pequeño desacuerdo, en el que yo elegí quedarme callado por mi propio bien, mis tenientes lograron bajar y trasladar a la morgue el cuerpo de la quinta víctima. Esta vez al menos no ha sido despojado de sus miembros inferiores. Todo ante la atenta mirada de superioridad de la agente especial Stone.
Suspiro y me lleno de paciencia antes de volver a entrar por las puertas del orfanato Davenport. Esta vez, acompañado de mi irritante colega.
La antigua casa de estilo victoriano se yergue encima de una pequeña montaña, colindante con el bosque Sparrow. El tejado ni siquiera se alcanza a ver del todo. Las puertas y ventanas están muy desgastadas y la verja de entrada chirrea de forma irritante cuando la abres, avisando a sus inquilinos la presencia de alguien. Me estremezco ante la siniestra sensación que irradia la propiedad.
—Tal parece que nos está amenazando —comenta la agente Stone a la par que mordisquea una barrita de chocolate negro.
La observo y hasta me causa gracia su comentario, principalmente porque yo llegué a pensar lo mismo.
— ¿Está comiendo chocolate? ¿Ahora? —la duda sale de mi boca con un matiz de claro fastidio.
Ella le da un último mordisco al final de la barrita y tira el envoltorio dentro de su bolso negro. Después me mira sin reparos y con esa sonrisa en sus labios que ya comienza a causarme repelús.
—Cualquier ocasión es buena para comer chocolate —da dos pasos hacia delante, y abre la verja de hierro oxidado —. ¿Qué es este lugar?
Sí, claro. ¿Quién soy yo para contradecirla?
—El refugio de nuestro asesino. El orfanato Davenport.
Las plantas de enredaderas se han hecho dueñas de casi toda la mansión. Dos enormes e intimidante gárgolas adornan cada lado de la puerta de entrada. La madera marrón oscura ya se está desgastando al punto de ser casi gris, y las ventanas esparcen comején por todos lados.
La agente Stone vuelve a extraer de su bolso otra chocolatina. ¿Cuántas se ha comido de camino aquí? Frunzo el ceño y niego con la cabeza. Llamo a la puerta y enseguida nos recibe la madre superiora. Aunque nos sonríe, sé de sobra que nuestra presencia aquí la perturba.
—Buenas tardes, oficial Holland. ¿Qué lo trae de regreso aquí?
—Buenas tardes, madre superiora, soy la agente especial del FBI Eleanor Stone y estoy a cargo de la investigación de cinco asesinatos de huérfanos de su orfanato. Necesito pasar para poder hacer mi trabajo —le espeta ella sin tomar ni aire, y, como siempre, una sonrisa tierna utilizada solo para fines perversos.
La madre superiora suspira y se aparta de la puerta, cediéndonos el paso. Me quedo boquiabierto ante tanta facilidad, porque, en todas estas semanas de investigación, esta mujer nunca nos ha permitido el paso al interior del orfanato con tanta facilidad como ahora.
ESTÁS LEYENDO
Orfanato Davenport (Libro 2)
Mystery / ThrillerPiensan que por creer en Dios y asistir cada domingo a misa ya son buenas personas. Pero no es asi. Fui entrenada para acabar con los males de la sociedad. Una persona que asesina niños huérfanos no merece seguir con vida. Tengo una misión. Y si l...