abstinence

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La abstinencia, un espectro que se cierne sobre el alma, una condición de renuncia y auto-privación, donde el afectado muestra signos de indecisión y un intenso debate interno debido a un deseo insatisfecho. En términos técnicos, se define como la interrupción voluntaria o forzada de una sustancia o comportamiento previamente habitual, o, en algunos casos, puede hacer referencia a la restricción de un vínculo con otra persona, resultando en un síndrome de adaptación tanto fisiológica como psicológica.

En este umbral de carencias, el anhelo se convierte en un grito mudo, incapaz de ser escuchado. La ausencia de aquello que antes era cotidiano, desata una tormenta interna, un estado de crisis que se manifiesta en temblores, sudores fríos, pánico, miedo, y un vacío insaciable. Cada fibra del afectado clama por el retorno de lo perdido, en una sinfonía de síntomas que destruyen su propia salud mental.

Es un viaje a través de la noche oscura de la mente, un trayecto donde el tiempo se detiene y cada segundo que pasa se convierte en una eternidad. En este paisaje desolado, el individuo se enfrenta a la crudeza de la existencia sin eso que tanto desea, confrontando sus demonios internos y las sombras de la dependencia.

Como una flor marchita, el cuerpo se retrae y se altera en la ausencia del objeto de su adicción. Las conexiones neuronales, que anteriormente permanecían tranquilas debido a la presencia de cierto objeto, se desmoronan, y el uso de la razón se convierte en un campo de batalla entre la lógica y los impulsos. La memoria de la satisfacción pasada se convierte en un espejismo, un reflejo distante que aviva la llama del deseo, esto puede generar el sentimiento de extrañar lo que ya no está.

En su esencia, es un acto de resistencia, a veces por dignidad o por obligación, contra el amplio abismo del abandono, la búsqueda de la salvación utilizando el método de la renuncia. En esta tormenta de sensaciones encontradas, el individuo se despoja de su dependencia.

...

Minjeong

"Que llorona, la que arruinó todo fue ella y ahora se la pasa escapando." NingNing se quejó, pero yo me sentía aliviada de no haber visto a la causante de mis problemas durante 3 días. "Yo digo que pretendamos que se murió."

"Me parece una buena idea" Asentí desanimada, mirando mis manos.

En el medio de todo mi caos mental, había desarrollado un hábito de jugar con una liga para el pelo cuando estaba nerviosa, siempre la mantenía entre mis dedos y me ayudaba a tranquilizarme.

Todos dicen que la mejor forma de controlar la ansiedad, es aprendiendo a respirar, pero nunca me ha servido concentrarme en mi respiración para combatir mis demonios internos, las voces en mi cabeza no se detienen, y parecen ser inmunes a mis múltiples intentos de acallarlas.

Había transcurrido una larga semana, y debo decir que, el simple hecho de no ver a Jimin, hizo las cosas mucho más fáciles.

Sin embargo, mi cabeza me hacía pensar demasiadas estupideces, no entendía por qué razón seguía extrañándola y pensándola tan frecuentemente, mi mente decía una cosa y mi corazón se sentía demasiado derrotado como para protestar.

No eres la indicada para mí, Jimin, eso lo tengo más que claro, pero algo en mi pecho todavía anhela que lo seas.

¿Cómo podemos extrañar algo que nunca tuvimos?

Diría que te perdí, pero no eras mía como para perderte, y sé que en realidad nunca fui el tipo de chica que a ti te gustaba, entonces, no sé a qué desgastado y frío recuerdo me sigo aferrando, quizás solo tengo serios problemas mentales sin resolver.

CONTACTO 0 | WINRINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora