seis

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Muchas veces se imaginaba escenarios en donde terminaría con Heeseung, pero jamás pensó en alguno que fuera por esta razón.

Sunghoon miraba atónito la escena, en el tiempo que llevaba conociendo a Heeseung, él jamás había mencionado algo sobre su orientación. El mayor miró a la chica a su lado, Nancy estaba congelada en su lugar, su corazón sentía una ligera presión.

Pero si tenía que ser completamente sincera con ella misma, no sentía el dolor que imagino tener cuando llegara este momento, eso solo la hacía sentir peor.

— Vámonos —dijo ella.

Nancy estaba sorprendida por cómo salió tan hábilmente de la pista de patinaje, se quitó los patines y cuando se puso sus tenis salió del lugar a pasos rápidos, Sunghoon hizo lo mismo y salió detrás de ella corriendo.

— ¡Nancy! —gritó, ella no se detuvo—. ¡Nancy espérame! —lo ignoró de nuevo.

La chica hizo oídos sordos de nuevo y entró al auto azotando la puerta. El auto no tenía la culpa.

Sunghoon estaba agotado, sus piernas estaban doliendo por haber corrido detrás de ella.

— Dios mío —dijo con voz agitada—. Me hace falta ejercicio.

El mayor abrió la puerta y entró al asiento del conductor, dirigió su mirada a la chica a su lado, Nancy estaba mirando hacia enfrente, era como si estuviera y al mismo tiempo no, se sentía extraña.

— ¿Estás bien? —se quiso golpear, obvio que no lo estaba—. Digo…

— Estoy bien Sunghoon —no midió su tono de voz—. Llévame a casa por favor.

Estaba siendo dura y ella lo sabía, pero no podía evitarlo. Quería golpear a alguien, quería golpearse a Sunghoon, quería golpearse a ella misma, se sentía mal, pero no por lo que vio, sino por lo que sintió.

Estaba aliviada, se sentía libre y por eso mismo se sentía tan infeliz. Siempre creyó que cuando llegara este momento se sentiría la mujer más infeliz del mundo, la más sola y deprimida, sin embargo no era así.

Sus palabras salieron duras para el mayor, porque sentía que si se derrumbaba ante él, podría caer en la tentación que le causaba besar los labios de Sunghoon.

Durante el camino a casa no dijeron nada, solo sus respiraciones se podían escuchar y el ambiente se sentía tenso. Al llegar Sunghoon estacionó el auto, Nancy salió rápidamente y se fue directamente a su habitación ignorando a Verónica quien la estaba llamando.

Sunghoon por su parte se sentía culpable, tal vez si él no la hubiera llevado a la pista, ella no tendría que haber visto eso y no se habría enterado de esa manera, sin embargo sabía que ya no podía remediar eso, y que él hubiera no existía.

Salió del auto y entró a la casa encontrándose con su novia cruzada de brazos y mirándolo de forma retadora, Sunghoon puso los ojos en blanco y quiso subir un rato a descansar, Verónica lo tomó del brazo deteniendolo.

— ¿En dónde estaban?, ¿Por qué está así? —preguntó molesta—. ¿Qué le hiciste ahora imbécil?.

A los segundos otra pelea entre la pareja había dado inicio, Nancy en su habitación tirada en su cama, puso una almohada sobre su cara haciendo el mayor esfuerzo posible para ignorar los gritos de Verónica y Sunghoon desde el primer piso. Estaba harta.

we should ; (i feel). sunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora