Divinidad

El Faro.

Me encontraba anonadado; ya habían pasado unas horas desde que habíamos logrado escapar, pero aún así. Simplemente no lograba sacar de mi cabeza aquellas imágenes. Todo lo que estaba pasando era simplemente abrumador para alguien que estaba acostumbrado a tener todo bajo su control, y el hecho de ahora estarme embarcando nuevamente hacia algo desconocido, algo peligroso, otra vez...

- T : ¿Aproximadamente en cuanto tiempo llegaremos a Hiddensee?

- Alexander : En unas cuantas horas, camarada, tú relajate y descansa, si necesitas hacer una parada antes, solo avisame.

- T : Alexander, Ahora que las aguas se calmaron un poco, necesito que me pongas al tanto de exactamente cual es nuestro objetivo. No soy creyente de la magia o cosas por el estilo, pero si sé que la gente que practica estas cosas tiende a ser bastante loca, necesito que me digas para qué situación debo estar preparado una vez lleguemos a Hiddensee.

- Alexander : Te van a maldecir con un fantasma nazi una vez lleguemos, jajaja.

Alexander me explicó más a detalle nuestra misión.

Aparentemente, este culto de locos nazis había tenido contacto con las tablillas, a pesar de no ser ellos quienes las recolectaran; recopilaban información y experimentaban de manera teológica con la información histórica relacionada con las tablillas. Todo esto fue financiado y monitoreado por el gobierno ruso; no era de extrañar que todas las potencias mundiales tuvieran sus ojos puestos tras bambalinas en algo tan significativo como las tablillas.

Acontece que este grupo había informado a Alexander que el evento de las sombras y el día en noche sucedería, más no informaron el cuando ni el cómo. Nuestro trabajo consistía en averiguar cómo lograron saber lo que sucedería y el cómo también poder lograr llegar a esta información premonitoria.

- T : es aqui?

- Alexander : Si, de más está decir que no te separes de mí en ningún momento, y por raro que suene, intenta no mirarlos demaciado a los ojos, mantente tranquilo en caso de que llegue a suceder algo, y por más raro que llegue a parecer algo de lo que llegues a ver, recuerda que estamos en un lugar seguro.

El lugar era literalmente un faro, nada fuera de lo común, exceptuando la puerta blindada y antigua que daba entrada al lugar. Alex dio unos golpes a la puerta y una ventanilla se abrió. Alex sacó de su bolsillo una moneda parecida a un euro pero de color rojo carmesi, permitiendonos la entrada unos minutos después de entregada dicha moneda.

De repente se escuchó un estruendo por la parte trasera del faro, nos dirigimos hacia el lugar y vimos cómo el suelo se estaba abriendo; era una gran entrada oculta de piedra muy bien disimulada como simple terreno.

A primera vista solo se veían unas escaleras en lo que aparentaba ser marfil que bajaban y bajaban hasta el punto de no lograr dislumbrar un final, estas iluminadas por luces led que se situaban cada 5 escalones. Empezamos a bajar durante 45 minutos aproximadamente, solo bajando. Una vez terminadas las escaleras, había un camino recto en completa oscuridad con una luz a la lejanía. Nos dirijimos hacia el lugar y nos encontramos con otra puerta reforzada, solo que esta era enorme, aproximadamente unos 10x10m, esta misma iluminada por la luz que divizamos al entrar en aquel camino oscuro que acababamos de recorrer. El ambiente se sentía extrañamente tranquilo. A pesar de la absoluta oscuridad que nos rodeaba y la humedad que se sentía al aparentemente el túnel estar por debajo del mar, la situación en la que me encontraba, sentía una paz inmensa...

Fue entonces cuando la luz se apagó, nos encontramos en total oscuridad y la puerta empezó a brillar tenuemente. De repente se empezó a escuchar un grito, cada vez más y más fuerte; era el mismo grito que aquellas sombras habían producido en Leira. La puerta empezó a brillar más y más, dislumbrando. Fue entonces cuando me arrodillé, segado por la luz que emitía la puerta y ensordecido por los ilarantes gritos que provenían de la nada misma de la oscuridad en la que me encontraba.

Perdí la conciencia mientras lo último que lograba enfocar era a Alex en mi misma situación.