eleven

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Jungkook tenía grandes dudas sobre la fiesta que se suponía debía dar. Llevaba dos días solo en su enorme casa y llevaba planeando la fiesta desde ayer.

Literalmente salió de compras a una tienda de comestibles llamada Walmart o algo así. Compró doscientos dólares de alcohol (sí, estaba orgulloso de su capacidad para poder comprar alcohol) y otros aperitivos. Le costó trasladarlos con su coche, pero al final lo consiguió.

El salón y la cocina estaban ahora llenos de aperitivos y bebidas, tal y como había visto hacer a Yoongi en sus fiestas. No se preocupó por la música porque sabía que Yoongi traería su memoria con la etiqueta 'PARTY MUSIC' y la conectarían al equipo de música.

Jungkook estaba emocionado y nervioso al mismo tiempo, y gracias a Dios por la idea de Yoongi de hacer una previa de tragos, porque se hubiera asustado si sus amigos (oficialmente podía llamarlos amigos) no hubieran aparecido una hora antes de la fiesta.

Iba vestido con una camisa de rayas blancas y azules, jeans nuevos, unas converse y su cabello estaba peinado en un suave flequillo.

—Kook, tienes que relajarte, a la gente le gustará tu fiesta—. Le aseguró Yoongi y le dio una palmada en la espalda.

—Sí, pero ¿Y si destrozan la casa?

—Me ofende que pienses tan humildemente de mis amigos.

Jungkook miró a Jin, que había abierto una cerveza. Llevaba una camiseta blanca con el logo de Nirvana, unos vaqueros negros y unas Vans. Por no hablar de esa chaqueta de Acne que siempre llevaba atada a su delgada cintura.

—¿Quieres un poco?— preguntó Jin cuando se acercó a Jungkook y le pasó un brazo por los hombros.

Jungkook se tensó y miró alrededor de la habitación, pero nadie parecía prestarle atención. Yoongi y Hoseok estaban ocupados con la música; Jimin y Taehyung estaban hablando con Lisa y Jisoo.

—Eh... no gracias. Pienso no hincharme de cerveza esta noche—. Dijo Jungkook.

—Pero la única persona que probablemente te verá sin camiseta esta noche seré yo, y no me importa—. Jin respondió y eso hizo que Jungkook se sintiera mejor.

Aunque nunca lo admitiría, en realidad le gustaba la sensación de ser deseado. Deseado por Jin, para ser más específicos.

—¿Cuándo volverán tus padres?

—El viernes. ¿Por qué?

—Sólo preguntaba.

—No piensas quedarte a dormir, ¿verdad?— Jungkook preguntó, y en realidad quería que Jin lo hiciera.

—Como si no quisieras eso—. Jin le susurró al oído y Jungkook se estremeció porque su aliento era caliente.

Sería una noche interesante, estaba seguro de ello.

A las diez y media el salón y la cocina estaban llenos de gente de la escuela de Yoongi y a Jungkook no le importaba. Le gustaba que, literalmente, nadie tuviera problemas con él y que no juzgarán a nadie. Había chicas besando a chicas y chicos besando a chicos y un chico vestido con falda y tacones. Y a nadie le importaba una mierda.

Jimin y Taehyung llevaban un buen rato besuqueándose en un rincón, así que Jungkook acabó en la cocina, sirviéndose un trago de vodka. Se preguntó si debería encontrar a Jin y tal vez... ¿Tal vez podrían besarse también?

¿Y si alguien lo viera? ¿Y si alguien lo delataba?

Entonces se recordó a sí mismo que, literalmente, había dos chicos follando en el sofá y nadie se inmutó.

bebé, el cielo está en tus ojos ★ jinkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora