V

12 2 0
                                    

   Seguimos estando encerrados en el tren. Por suerte, nuestra puerta es la única que no está cerrada con un candado, por lo que podremos salir más fácilmente por la puerta, simplemente abriéndola sin hacer mucho ruido. Además, elegimos uno de los últimos vagones, que precisamente ya estaba cargado con cosas. Tuvimos que romper la cerradura ya que cuando subimos, sí estaba con candado, pero eso es lo de menos. Nadie se fija en si la puerta está cerrada o no, por lo que simplemente empezaron a conducir sin darle más vueltas o asegurarse de nada, ya que los soldados piensan que por el simple hecho de estar cerrado con un candado, nadie va a entrar. Supongo que nadie se piensa que tres idiotas muy inteligentes violarían todo el sistema para poder ir a rescatar a los otros dos idiotas que faltan que están del otro lado. Aunque ellos supongo que ya perdieron la idea o esperanza de que vayamos a rescatarlos. Menuda sorpresa se van a llevar cuando nos vean.

   Pasan los minutos y lo único en lo que puedo pensar es en Polonia y en lo que podría hacer si llego a encontrarlo. Lo más probable es que esté en la prisión de mi padre, en el palacio, por lo que va a tomar un tiempo entrar ahí. La ventaja de ese palacio es que de niño solía mucho visitar los pasadizos que había entre las paredes, que te llevaban a todas partes. Mi padre no sabía de su existencia, sólo mis hermanos y yo, los usábamos para ir al pueblo cuando mi padre estaba de viaje y los sirvientes, por órdenes de mi padre, no nos dejaban salir del castillo.

   Realmente no sabíamos cómo catalogar el hogar cuando éramos jóvenes. Algunos le decían castillo, otros le decían palacio. La verdad es que era una combinación de ambos. El castillo es una fortaleza, hecha para la defensa. En cambio, el palacio era un edificio para vivir de manera ostentosa, dando a conocer los lujos de cada propietario. Y nuestra casa, era justamente una mezcla de ambos. Sí, vivíamos de manera ostentosa, presentando a todo el pueblo nuestros grandes lujos de toda la monarquía y de la familia, sin embargo, también tenía pasadizos secretos y algunas torres de defensa que a simple vista lo hacían parecer un castillo. Pero en fin, los pasadizos van a ayudarme posiblemente a llegar más rápido con Polonia. No creo que mis hermanos los hayan cerrado, o le hayan dicho a mi padre sobre éstos, ya que eran secreto nuestro, un secreto que sólo compartían quince personas. Aunque existe una leve posibilidad, ya que todos somos grandes, de que seguramente ellos ya ni los deben utilizar y sólo juntan polvo, por lo que quizás decidieron cerrarlos. Pero espero y no sea así, ya que dificultaría los planes enormemente.

   El tren ya estaba avanzando, cada vez yendo a más y más velocidad, mientras que por la puerta entraba el frío de la noche. Estaba nevando afuera, por lo que realmente nos estaríamos congelando. Pero como sabíamos que eso iba a pasar, decidimos llevar de antemano abrigos por si acaso, por lo que no la pasamos tan mal. Los que peor la pasaron fueron los dedos, los ojos y un poco las orejas, ya que a pesar de tener orejeras puestas, no cubrían tanto como pensaba.

   Faltaba aún medio viaje. Pensar tanto en el castillo y en cómo entrar sin ser detectados, que simplemente se me pasó la hora. Estábamos a oscuras, por lo que eso nos producía muchísimo más sueño, además de que eran las tres de la mañana, claro. Además, sentía que me estaba quedando sin aire. No habían ventanas allí, y las pocas que habían, estaban muy arriba. El tren no estaba diseñado para que la gente estuviera adentro, sino para productos que la gente pueda comer, por lo que esos trenes no tenían muchas ventanas, porque, ¿Para qué necesitaría un durazno una ventana en un tren? Era simplemente tonto.

   Alemania estaba a mi lado, descansando, mientras yo estaba alerta. Aunque por estar descansando no significaba que no estaba haciendo nada, sino que simplemente estaba buscando en la mochila en plena oscuridad, una pequeña vela que él había llevado a escondidas, ya que pensaba que una linterna se notaría demasiado. Después de todo, el tren estaba hecho de madera y tenía pequeños orificios por los cuales se podría notar que había algo iluminado, y por consecuente, que había alguien allí, cosa que derrumbaría monstruosamente nuestros planes. Prefería algo que no iluminara tan fuerte para no ser descubiertos.

𝐶𝑎𝑟𝑡𝑎𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑡𝑖́ 𝐼𝐼  [𝑃𝑜𝑙𝑜𝑛𝑖𝑎 𝑥 𝐿𝑖𝑡𝑢𝑎𝑛𝑖𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora