🆂🆃🆁🅰🅽🅶🅴🆁🆂

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Sergio estaba atrapado en esa fiesta de cóctel organizada por la UEFA y estaba bastante seguro que no podía salir de allí, hacia un par de horas que perdió de vista a sus compañeros de club, muchos de ellos estaban conversando con los futuros fichajes de clubes y sus compañeros de seleccion o ligando con cualquier chica guapa que se cruzacen.
Con un vaso de gin tonic vacío y cansancio se acercó a la barra donde el bartender se ofreció a cambiar su trago.

Muy cerca de él estaba un pelinegro bajito y de cabello largo. Su traje a la medida y zapatos bien lustrados hacían juego con el peinado que había escogido para esa noche. Escucho como hablaba con un acento bastante extraño
—Sirvame una copa de vino, porfavor—reconocía ese acento era justo el mismo que Sami tenía cuando lo transfirieron a Real Madrid, aún así no sabía quién era, vio como el muchacho tomo su copa y se retiró.
Molesto porque seguramente no lo volvería a ver en la noche fue a tomar asiento cerca de la pista de baile.
Pasaba aquel líquido perfume por su garganta quemando las paredes de la misma, mientras se perdía observando el ambiente un brazo cruzó por su espalda, volteo su cabeza solo para encontrarse a uno de sus mejores amigos.
—¿Niño Torres que haces aquí?—le pregunto sorprendido

—Vengo de hablar con los del Chelsí—pronuncio mal debido a su borrachera—Que cabrón es ese John Terri... Cuéntame ¿Alguna chica bonita está noche?
Suspiro cansado, a estas alturas lo único que quería era volver a su casa y dormir.
Cosa que Fernando no se la dejo tan sencilla, comer bocadillos mientras bebe cerveza importada de Baviera no es buena idea y lo descubrió ese mismo instante cuando tallaba con enojo su camisa de diseñador en el baño.

El ceño fruncido y la frustración de que aquella mancha verde no salía del centro de la prenda de seda lo consumía. Empezó a maldecir al colchonero por eso. El sonido de una válvula siendo bajada y el zipper de unos pantalones subiéndose lo desconcentraron de su tarea. Alzó a ver al espejo y se encontró con el mismo alemán de antes.
Enrojecido hasta las orejas, el extraño se acercó poco a poco hasta él hasta que sus respiraciones comenzaban a choca y mezclarse,el desconocido dirigió su mano a sus propias caderas, por su lado Sergio estaba atónito.

No solo no conocía al extraño sino que estaban a punto de besarse, su corazón latia a mil por hora mientras se acercaban, lo tomo del mentón y lo atrajo hacia él, mientras cerraba sus ojos lo besaba lentamente, saboreando cada recoveco del pelinegro, sus lenguas danzaban en una ceremonia erótica mientras las manos de Sergio paseaban por sus nalgas amasando las enormes masas de carne del alemán, un golpe en la rodilla basto para que perdiera el equilibrio y el español no desaprovechó ni un solo instante, lo subio al meson de los fregaderos y comenzó a desabrochar la camisa de tela del mediocampista.

Özil pasaba sus manos masajeando la ancha espalda de Sergio mientras dejaba suspiros en el cuello del español. Los traviesos movimientos del español empezaron a sacarle varios gemidos mientras comenzaba sonrojarse.
El defensa estimulaba sus pezones mientras descendía con besos húmedos hasta la zona pélvica del alemán.
—Esto se está saliendo de control—penso Mesut.

Muchas horas antes de todo este caos, Sami se enteró que Mesut estaría invitado a la misma reunión, entre alemanes se reunieron y acordaron hacer una apuesta.
Al principio y arraigandose a sus valores y principios morales el mediocampista declinó, pero la burla de sus compañeros basto para que aceptará a regañadientes...

—Abre esas piernitas para mi—ordeno Sergio bajando sus pantalones, no tuvo que rechistar ya que en menos de un segundo tenía su culo empinado. La húmeda lengua del español saboreaba la entrada del alemán mientras está comenzaba a expandirse, uno, dos, tres dedos se introdujeron en Mesut que se acoplaba al tamaño, pronto empezó a gimotear... Necesitaba algo más grande.
—Mgh... ¿Ya vas a meterlo?—pregunto desesperado

Esa pregunta lo calentó quería tener al extraño en su merced, así que jugó con él, rodando la dulce entrada con su enorme polla, se mordia el labio imaginando que se sumergía en aquellas paredes mientras estas apretaban su pene tomándolo con desesperación.
Salió de su burbuja cuando un grito ahogado de Özil lo llamo
—Porfavor—le rogó

De una sola estocada se hundió en Mesut, comenzando un vaivén que progresivamente iba aumentando en velocidad. Una de sus palmas sello la boca del alemán cuando escucho como alguien golpeaba la puerta del baño.
Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos negros del mediocampista, Sergio estaba siendo demasiado rudo y no tenía reparos en recriminarle. Sus mejillas arden mientras su próstata está siendo atacada salvajemente, un quejido alerta al desconocido...

—¿Aquí está tu punto dulce, no es así mi amor?—se burló mientras se aprovechaba del alemán.
Su vista comenzaba a debilitarse y lo último que pudo ver antes de desmayarse fue a Sergio terminando dentro de él.

—¿Mesut? ¿Estás bien hermano?—pregunto Podolski mientras ventilaba su rostro con una servilleta, el mediocampista comenzaba a reaccionar, sus ojos y su respiración volvieron en si poco a poco.

—¿Dónde estoy?—pregunto torpemente
—Tienes suerte, un español te encontró desmayado en el baño... Creo que se llamaba Sergio—trato de recordar su compañero, inevitablemente se puso de todos los colores, se levantó de su asiento y fue a buscar al sevillano quien conversaba con Sami Khedira, decidido escuchó su conversación

—¿Entonces encontraste a Özil desmayado en el suelo del baño?—pregunto el alemán
—Sí, yo iba saliendo de mear y no dude en traerlo de vuelta a la realidad—juro el español que se estaba arreglando su suéter, listo a irse
Cuando el pelinegro quedó solo Mesut se acercó a él.

—Reto cumplido.... Pagame lo que me debes—exigio Mesut
—No creí que eras capaz de cogerte a Sergio
—Y yo no creí que Sergio follara como un jodido animal

...
Fin

𝐒𝐈𝐓𝐔𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍𝐒 𝐒𝐄𝐑𝐙𝐈𝐋 𝐖𝐄𝐄𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora