CHAPTER SEVEN : The Cruel Prince

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❝ Él príncipe cruel ❞

La noche en los Peldaños de Piedra era oscura y silenciosa, interrumpida solo por el sonido de las olas chocando contra las rocas. Un par de hombres se movían con sigilo, arrastrando a un prisionero por la tierra hacia una colina cercana al mar. Lo hicieron arrodillarse brutalmente en el suelo rocoso. Cuando abrió los ojos, lo primero que vio fueron tres figuras jóvenes frente a él: dos hombres y una mujer. Pero lo que realmente le heló la sangre fueron las bestias que se erguían detrás de ellos, dos dragones, uno gigantesco y otro más pequeño pero igual de atemorizante.

El joven que estaba en medio de los otros dos se adelantó con una sonrisa divertida, pero su mirada era fría y cruel. Al acercarse más, el prisionero lo reconoció. Cabello rubio cenizo, ojos violetas.

Era Corwyn Velaryon, el nieto de Corlys Velaryon, el hombre al que él había herido en un enfrentamiento reciente. Y, sus fieles acompañantes, Gendry y Lyanna.

El prisionero había sido festejado por su lealtad al Alimenta Cangrejos por herir a la Serpiente Marina. Ahora, estaba seguro de que ese acto había llegado a los oídos del príncipe, y eso lo aterraba más.

— Juguemos un juego —dijo Corwyn, agachándose a su altura y tomándolo con fuerza de la mandíbula—. ¿Qué parte de tu cuerpo necesitas menos?

El prisionero se sintió invadido por el horror. Estaba herido y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, sabiendo que el hombre frente a él no tendría piedad.

— Por favor...

El príncipe negó con la cabeza y se levantó, mirándolo desde arriba con una sonrisa cruel.

— Por favor no es una parte del cuerpo —dijo, mirando hacia atrás donde estaban los otros dos—. ¿Verdad, chicos?

Gendry y Lyanna se acercaron también. La chica negó con la cabeza y suspiró.

— No, no lo es.

La tensión en el aire era palpable mientras el prisionero temblaba, esperando lo inevitable. Corwyn hizo una pausa, disfrutando del miedo en los ojos de su víctima antes de hablar de nuevo.

— Ahora, vamos a ver cuánto puedes soportar antes de empezar a perder partes de ti.

El prisionero cerró los ojos, sabiendo que la verdadera tortura estaba a punto de comenzar.

Corwyn se giró hacia Gendry y Lyanna, señalando con un gesto casual hacia el prisionero.

— Gendry, trae las herramientas. Lyanna, asegúrate de que no intente escapar.

Gendry se movió hacia un saco de cuero cercano y comenzó a sacar una variedad de instrumentos afilados y crueles, mientras Lyanna se agachaba junto al prisionero, sus ojos destilando una mezcla de pena y desdén.

— No intentes nada estúpido —susurró, sacando una daga y colocándola cerca del cuello del prisionero—. Esto solo empeorará si lo haces.

Corwyn caminó de un lado a otro, como un lobo rondando a su presa, su sonrisa nunca desapareció.

— Sabes, siempre es interesante ver cuánto puede aguantar un hombre antes de romperse. Algunos gritan de inmediato, otros intentan ser valientes. Pero todos terminan igual.

Gendry se acercó, sosteniendo una tenaza y un cuchillo, sus ojos oscuros brillaron, pero no habia emoción en ellos.

— ¿Qué piensa que perderá primero? —preguntó Corwyn, volviendo a agacharse frente al prisionero—. ¿Un dedo? ¿Una oreja? ¿O tal vez algo más valioso?

WARS OF HEARTS, helaena targaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora