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Ovidio Guzman

Estoy en mi cuarto junto con Serafin, cada quien está es su rollo, él está en su teléfono mientras yo solo estoy viendo hacia el techo recostado en mi cama.

Hoy es 24 de diciembre, o sea, noche buena, la cena es en mi casa y solo falta que lleguen los Llerena. Es temprano todavía, apenas son las 9.00 p.m pero ya me estaba desesperando, la verdad nunca  me ha emocionado demasiado esta época del año pero a Hanna, mis hermanas y Teresa - Hermana de Serafín - sí, siempre se emocionan demasiado y no es que sea un amargado y que odie la navidad solo que no se.

También siempre Serafín y yo nos la pasábamos con Hanna, ya que, todas son mayores que Hanna y si la excluían un poco, se que no era con esa intención pero así era, por lo tanto, siempre las Navidades eran, Serafín, Hanna y yo juntos, bueno no solo Navidades, también fiestas y otros eventos, pero nos la pasamos bien a toda madre los 3 juntos y siento que nos entendemos mucho más, ya que los 3 somos los más chicos, bueno ella es hija única pero pues aún así es la más pequeña de todos.

- Serafin mira - Grito Hanna corriendo hasta el mencionado

- ¿Que pasó Hannita? - Pregunto este abriendo sus brazos para abrazarla

- Mira lo que me dio mi abuelito, me dijo que era para que jugáramos con Ovidio - Dijo la niña sonriendo y mostrándole los cuetitos que le había dado su abuelo

- Vamos afuera a jugar - Dijo Ovidio hablando por primera vez desde que la niña entró a la casa

- Vamoos -

Los tres menores de cada familia se encontraban en el patio de la casa prendiendo cuetitos y corriendo para no se quemados por ellos

- ¡Corre Hanna! Porque te vas a quemar - Grito Ovidio al ver que la niña no se separaba del fuego

- Vooooooy - Dijo la anteriormente nombrada al terminas de prender el último y hacharse a correr en dirección a los dos mayores - ¿Y si hacemos una casita? Y prendemos uno y lo hechamos al centro, para que prendan todos -

Y así con la menor lo pidió se hizo, los tres pequeños se divertían sin alguna preocupación, solo eran ellos un 24 de diciembre, riendo y felices como todos los demás que se encontraban dentro de la casa observándolos y riendo por las ocurrencias de el trío de pequeños

- ¡Ovidiooo! ¡Serafiiin! - Escuche que gritaron desde abajo - ¡Ya llegó Hanna, bajen! - Finalizo Emma, la esposa de mi apá

Nos levantamos de la cama y salimos de la habitación

- El último que llegue le da $5,000 al otro - Dijo Serafín para después empezar a correr sin previo aviso provocando que yo imitara su acción hasta la planta baja. Al ver que no lo iba a alcanzar, salte hasta el final de las escaleras llegando primero pero cayendo al piso provocando la risa de todos los presentes

- Auch - Fue lo único que pude decir

- Ya levántate menso - Escuche su voz entre risas, esa risa que tanto me gusta - ¿Que apostaron o que ? - Pregunto provocando mi risa y la de Serafín

- $5,000 - Dije yo mientras me levantaba y me sacudía para después extender la mano enfrente de Serafín indicando que me pagara

Bonita | Ovidio Guzmán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora