Historias Cortas de terror.

En busca de Paz

Hace un año nos mudamos a esta nueva casa, parecía que esta sería la casa ideal para nuestra recién comenzada familia, un gran patio, dos niveles, y un hermoso y frondoso bosque a nuestras espaldas, los dueños remataron la casa, no querían tenerla más, era bastante espaciosa. La razón por la cual nos mudamos fue porque en la ciudad, estaban ocurriendo una serie de desapariciones inexplicables, la mayoría eran niñas, desaparecían de sus hogares sin explicación aparente. Temía que mi hija fuera la siguiente.

Los dueños anteriores de la casa la vendieron a un precio ridículamente bajo porque escuchaban voces constantemente, eran muy supersticiosos, creían que la casa estaba embrujada. Al llegar a la propiedad noté que la puerta del sótano que se encontraba al otro lado del patio estaba cerrada con una cadena y varios candados, les pedí las llaves a los dueños, pero ellos no tenían las llaves, dijeron que ese sótano había estado cerrado desde antes que ellos llegaran a la propiedad 15 años antes y nunca intentaron abrirlo.

Desde que nos mudamos nunca le puse atención al sótano, nunca lo necesité, además estaba al otro lado del patio, ¿como para poder recordarme de su existencia?. En una noche de invierno escuché unas cadenas moverse y recordé el viejo sótano, creí que quizás algún animal estaba merodeando por ahí, no le puse mucha importancia, supuse que eso era normal sabiendo que teníamos un gran bosque a nuestras espaldas. Más tarde esa noche escuché unos gemidos que venían de fuera, me levanté, tomé una linterna y fuí a investigar. Después de un rato de estar caminando escuché que la fuente de los sonidos provenía de las puertas del sótano el que seguía cerrado por los mismos candados oxidados, me resultó bastante escalofriante, empecé a creer que las historias de los antiguos dueños eran ciertas, eran tan tenues que casi no se escuchaban, decidí alejarme y regresar a mi casa, me recosté en mi cama y no pude dormir en toda la noche al pensar en aquello.

Al día siguiente mi hermano vino de visita le conté lo que había sucedido la noche anterior, él me dijo que era extraño y que deberíamos de abrir el sótano solo por ver que sucedía o qué habia, le dije que no tenia con que cortar los candados así que dijo que vendría el siguiente fin de semana con algo para quitarlos.

Mi esposa había salido con mi hija al dentista, yo estaba sólo en casa cuando escuche las cadenas golpearse contra madera, pensé que alguien estaba irrumpiendo así que corrí a la puerta y cogí la linterna, alumbre hacia afuera y vi una figura semihumana que estaba de cuclillas sobre la puerta del sótano, al ver la luz salió corriendo hacia el bosque mezclándose entre los arbustos que estaban al final del patio en dirección al bosque, fue una velocidad increíble con la que corrió, sin duda no era humano.

Inmediatamente llame a mi hermano y le dije que era urgente, no podía esperar un día mas, alguien había estado en mi patio y había movido las cadenas. Al llegar, trajo herramientas para quitar las 6 cadenas, las cuales cedieron después de una hora de faena. Al entrar vimos aquel sótano, frío y oscuro, tomamos las linternas y nos aseguramos de dejar el paso libre en caso de correr y salir de ahí, bajamos y un olor ligero a hierro comenzó a llegarnos, eso era sangre, no sabíamos que había en el lugar, las cosas que habían dentro eran de finales de siglo, por ejemplo una maquina de cocer, una plancha de carbón, una mesa, una bicicleta blanca y una pila de periódicos muy viejos, el suelo, para nuestra sorpresa, no había polvo sobre los periódicos, el hedor provenía de atrás de aquellos periódicos, movimos la pila de periódicos, primero los de arriba, pero no nos atrevimos a mover la otra mitad, estaba empapada de sangre, había una clase de túnel, por el hedor decidimos llamar a la policía. Al terminar la llamada, mi hermano y yo nos quedamos en silencio, nos vimos a los ojos y no sabíamos que pensar, o hacer. Después de unos segundos desde el fondo del túnel escuchamos una voz muy tenue, quebradiza y dijo una sola palabra: "morirá...". Mi hermano me vio y con su mirada supe que el había escuchado algo. Apuntamos nuestras linternas en dirección al túnel, y escuchamos otra vez la misma voz, esta vez me sonó muy familiar, le dije que entraría solo, le pedí que se quedara a recibir a la policía, seguí el túnel y al final había algo que me perturbó, una niña amarrada de pies y manos en un poste que formaba parte de la base de la casa, estaba rodeada de varias extremidades humanas que habían sido arrancadas y mutiladas brutalmente las cuales formaban un pentagrama, cabezas de varias niñas en estacas en las puntas del pentagrama viendo en dirección a la que estaba en centro del mismo,  al alumbrar su rostro, noté que esa niña moribunda, era mi hija...

Al llegar la policía, identificaron que los cuerpos y cabezas eran de las niñas desaparecidas en la ciudad.

"Yo no fui la unica, y no seré la ultima"... esas palabras han rondado por mi cabeza desde la noche en que mi hija murió... quemé la casa y fui en busca de ese ser oscuro, de seguro moriré, pero no me importa ya, cobraré la muerte de mi hija, y moriré consiguiéndolo.