Año 348 de la Nueva Tierra
Kleiff escuchaba de lejos la voz de la capitana, pero era incapaz de concentrarse. Las imágenes de todo daban vueltas en su mente y desplazaban otros malos recuerdos que le resultaban similares.
Los hilos de su memoria fueron tirando de unos y otros hasta dar con el recuerdo de la muerte de su padre y su posterior entierro.
Kleiff era un soldado del Proyecto comprometido con la causa, pero cuando su padre empezó a empeorar y le reveló que estaba enfermo, tuvo que dejar sus ideas a un lado para hacerse cargo de él.
Conocía el lema de las prioridades adecuadas y sabía que si lo pedía, el Proyecto Sol costearía la estancia de su padre en la Villa, pero no podía. Bastante tiempo había perdido al no saber que estaba enfermo como para abandonarlo en ese sitio.
Se esmeró en cuidarlo día y noche. A veces, Calem iba a su casa para ayudarlo, pero la mayor parte del tiempo estaban solos.
Al principio charlaban y leían juntos, debatían y compartían ideas. Sin embargo, según pasaban los días, su mente se fue deteriorando hasta llegar el momento en que apenas tenía episodios de lucidez.
Fue en una de esas noches, las últimas de su vida, en la que le habló de Vera y su madre.
Le dijo que se habían conocido en el refugio durante una epidemia de gripe. Los médicos del H estaban saturados y le llamaron para dar apoyo y atender a los enfermos.
Hacía poco más de un año desde que había adoptado a Kleiff cuando se acostó con Carli.
La describió como una auténtica guerrera: feroz, valiente y comprometida, y no pudo evitar hablar con ella. Una cosa llevó a la otra y terminaron acostándose. Fue algo de una noche, o al menos él no le dio mayor importancia.
Supo en todo momento que estaba embarazada y se ofreció a cuidar de Vera si Carli quería, pero, al nacer con leves rasgos mestizos, Duncan, el representante humano, decidió que lo mejor era que se quedara con Carli fingiendo ser humana.
Mikael intentó convencerlos a ambos, al menos para que le dejaran verla, pero siempre recibió negativas.
Dijo que estaba muy orgulloso de que estuviera estudiando Medicina y que podía serles útil en la Misión. Alentó a Kleiff para que le hablara de ella a Nolan. Y tuvo razón.
No sabía qué hubiera pensado su padre de su relación con Vera si siguiera vivo.
Una vez terminaron de hablar, Kleiff acudió a ponerle el inhalador nocturno, pero su padre le pidió que no lo hiciera. Necesitaba descansar. Quería descansar. Kleiff esperó mientras tosía y boqueaba hasta que se quedó quieto.
El funeral fue al día siguiente. No quería ir, pero Calem lo arrastró hasta el cementerio. Fue allí donde Nolan le dijo que lo quería como jefe de equipo de la Misión. Que esperaría un tiempo a que se recompusiera, pero que tenía que hacerlo pronto, y eso hizo.
Al día siguiente fue al despacho de Nolan, comenzaron a planificar el proceso de selección del resto de miembros y le habló de Vera.
Sabía que refugiarse en la Misión estaba haciendo que no afrontara la muerte de su padre, pero no podía hacer otra cosa. Si pensaba en ello, se sentía caer en un pozo oscuro y sin posibilidad de salir.
Un pozo al que sentía que estaba cayendo en picado, sentado en la silla de aquel despacho de Tierra Vacía, al recordar los cuerpos de los compañeros que había dejado atrás en esos túneles y que no podría honrar con un entierro.
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Caléndula. (Terminada) Crónicas de la Nueva Tierra: Parte II
Science FictionRogamos la colaboración ciudadana para encontrar a los tres miembros fugitivos de este grupo: Vera, Kleiff y Calem, cuyo paradero es desconocido, aunque se sospecha que podrían estar en Tierra Vacía, de camino al Sector H. Este es un mensaje urgente...