Vera despertó ardiendo. Se destapó, pero se dio cuenta de que lo que desprendía calor era algo junto a ella. Abrió los ojos y vio a Calem a su lado, lo que le hizo recordar todo lo que había pasado el día anterior.
Primero, se sintió más liviana y menos triste al recordar a Enna, Enol y Owen. Les echaba de menos, pero se había despedido y, sin saber por qué, tenía la sensación de que volvería a encontrarse con ellos.
Luego, estaba el mutado rubio que tenía al lado. Se giró para mirarlo. Era guapísimo y estaba enamorada de él. Pensar en perderlo le daba ganas de llorar. No se arrepentía de haberse acostado con Calem y quería seguir con él.
A pesar de lo que había pasado entre él y Kleiff, sabía lo que el mutado sentía por ella. Su relación no había cambiado, era con Kleiff con quien tenía que hablar.
Estaba enfadada con él, pero aun así recordaba la promesa que habían hecho. Quería aceptar el vínculo. Deseaba sentirlo en su plenitud. Todos los efectos que pudiera experimentar al estar con tu alma gemela. Pero no podía dejar a Calem. No quería.
―Tus neuronas sin parar de pensar me han despertado ―dijo Calem a su lado―. ¿Qué pasa?
Se estiró y empezó a acariciar su brazo.
―No quiero perderte, Calem.
―¿Por qué dices eso? ―preguntó confundido.
―Quiero aceptar el vínculo con Kleiff. Pero... no quiero dejarte. Te quiero.
Calem sonrió.
―Yo también te quiero, nena. Y a Kleiff. No sé cómo hacer esto... No es lo normal. Yo, ahora, debería apartarme y dejaros, pero... no quiero hacerlo.
Vera besó sus labios y jugueteó con un mechón de su melena rubia, más larga de lo habitual.
―Tú buscabas a Kleiff, ¿verdad? Sé que él no te buscaría sabiendo que estabas conmigo. Eras tú.
―Yo solo le daba lo que él quería y no se atrevía a pedir. Quise contártelo, pero me dijo que se avergonzaba y que no quería que lo supieras. Alguna vez casi nos pillas.
Vera soltó una carcajada y él se rio con ella, pero no sabía hasta qué punto llegaba la broma.
―Habla primero con Kleiff, decidid que queréis hacer. Yo haré lo que me pidáis.
Tenía razón. Tendría que hablar con Kleiff y aclarar las cosas, y luego... No sabía.
Tenía la mano apoyada en el brazo de Calem y se dio cuenta de lo caliente que estaba su piel, más de lo normal.
―Oye, estás muy caliente, ¿no?
Calem sonrió de forma pícara.
―Por ti, siempre.
Vera le dio otro golpe suave en el brazo y sonrió.
―No, idiota ―respondió posando la mano en su frente―. Me refiero a que tienes fiebre.
Calem puso su mano en la frente a su vez.
―Puede ser... Ahora que lo dices, no me encuentro muy bien... Pensaba que eran los efectos de los calmantes.
―Déjame ver... ―dijo Vera apartando las sábanas para destaparlo.
El vendaje que cubría la herida estaba empapado de sangre. La sutura debía haberse soltado y, posiblemente, estaba empezando a infectarse.
―Se te habrán soltado los puntos. Espera, voy a por gasas.
Se levantó rápidamente para dirigirse al baño, donde encontró el botiquín en el armario.
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Caléndula. (Terminada) Crónicas de la Nueva Tierra: Parte II
Science FictionRogamos la colaboración ciudadana para encontrar a los tres miembros fugitivos de este grupo: Vera, Kleiff y Calem, cuyo paradero es desconocido, aunque se sospecha que podrían estar en Tierra Vacía, de camino al Sector H. Este es un mensaje urgente...