Capitulo 1

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—¿Papá, a dónde vas? —preguntó Chanyeol mientras se sentaba en la cama.

Unos ruidos le hicieron recordar. Su padre lo miró algo sorprendido y luego lo abrazó.

—Lo siento —dijo el padre antes de tomar su maleta y salir por la puerta.

La madre de Chanyeol lo vio llorar y lo acogió en sus brazos para calmarlo.

—Mi pequeño príncipe, todo estará bien... No llores —dijo—. No nos hará falta papá, no odies a tu padre —lo miró.

La alarma sonó y Chanyeol despertó de golpe, otra vez había tenido ese maldito sueño.

Entró al baño y se metió a la ducha lo más rápido posible, para después secarse el cuerpo y ponerse el uniforme del colegio.

Bajó a la cocina y vio a su tía de espaldas, haciendo el desayuno.

—Buenos días —dijo tomando una manzana del canasto—. Es raro, ¿ya se largó de la casa? —se acercó para mirarla más de cerca.

—Salió más temprano de lo habitual —respondió ella, cubriendo su rostro con una parte de su cabello.

Chanyeol deslizó el cabello a un lado y apretó la mandíbula al ver que el rostro de su tía estaba morado.

—Ese hijo de p*ta —maldeció, reconociendo que su tío era el responsable.

—No, no, no es lo que te imaginas. Me golpeé saliendo del trabajo —dijo ella—. Toma desayuno antes de ir al colegio —lo miró—. Por cierto... ¿Por qué ayer no estabas en tu habitación? —preguntó, cambiando su expresión.

—No soporto a tu esposo, él me odia, es mejor que me evite —dijo Chanyeol, sacando un poco de hielo de la nevera.

Se acercó a su tía y la hizo sentar, luego buscó un trapo limpio para cubrir el hielo y ponérselo en el rostro.

—Me tengo que ir —dijo, agarrando su mochila y saliendo de casa.

Chanyeol, cuyo nombre completo es Park Chanyeol, acababa de cumplir 18 años hace unos meses. Era de Seúl, Corea del Sur, y vivía con su tía desde los 10 años. Estaba en su último año de secundaria y había tenido que pasar por varios cambios a lo largo de su vida, pero ya no sabía qué hacer con su existencia.

Al llegar a la puerta del colegio, se encontró con sus amigos. Era conocido por ser rebelde y rudo con los demás, pero de alguna manera era popular, y supuso que eso debía ser por el rostro con el que había nacido.

—Te estamos esperando, bro —dijo Jong-Nam.

—La diversión está por comenzar —rió Hechan.

Esa sonrisa desapareció cuando vieron las listas y se dieron cuenta de que los habían separado en diferentes aulas.

A Chanyeol le tocó el aula B, donde no conocía a casi nadie. Entró y todos lo miraron.

—Oye, tú —dijo a un chico de anteojos—, préstame dinero —sonrió.

El chico, temeroso, sacó algo de dinero de sus bolsillos y se lo entregó.

—Muy bien, gracias... Luego te lo doy —rió Chanyeol—, si me acuerdo —se dirigió a los asientos del fondo.

Caminó hacia atrás para sentarse al lado de la ventana, donde solía sentarse, pero había un chico que no dejaba de mirarlo. Aunque intentó ignorarlo, algo en su interior le decía que no podía hacerlo tan fácilmente. Era raro.

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Chanyeol estaba sentado al lado de la ventana, había personas que conocía y otras que no. Sus amigos no estaban en la misma aula, así que estaría tranquilo por un tiempo.

Serendipia: Primer Latido [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora