|| Transición ||

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Narra Damon...

El sol apenas ha salido cuando abro los ojos. La luz del amanecer inunda la habitación y siento un dolor agudo en los ojos. Parpadeo rápidamente, tratando de acostumbrarme a la claridad, pero es como si la luz fuera una aguja que me perforara los sentidos. Gimo y me giro en la cama, buscando la sombra.

—Damon, ¿estás bien? —la voz de Elena suena como un trueno en mis oídos, fuerte y ensordecedora. Cierro los ojos con fuerza, tratando de bloquear el dolor.

—La luz... el sonido... —murmuro, sintiendo cada palabra como una piedra en mi garganta—. Todo es demasiado.

Elena, que al parecer se ha quedado dormida en la silla a mi lado toda la noche, se levanta y apresura a cerrar las cortinas oscureciendo la habitación. La diferencia es inmediata, la presión en mis ojos disminuye y el dolor se suaviza, aunque los sonidos aún son agobiantes.

—¿Mejor? —pregunta ella, su voz más suave ahora.

Asiento lentamente, sintiendo la intensidad de cada emoción que pasa por mí. La confusión, el miedo, incluso hasta la preocupación de Elena y mi propia angustia. Todo está amplificado, como si mis sentimientos estuvieran al borde de un precipicio.

—Oye, ¿Cómo te sientes? —pregunta ella con una voz temblorosa.

Trato de responder normal, pero mis palabras salen entrecortadas.

—Es... todo tan intenso —digo, tratando de controlar mi respiración—. Cada emoción, cada sensación... Es abrumador. Elena... ¿Qué... qué pasó?

Ella toma mi mano con suavidad, sus ojos se llenan de lágrimas de repente y sé que esto no puede ser bueno.

—Damon, creo que... estás en transición.

Y el mundo se detiene ante mi.

—¿Sabes de lo que hablo? —pregunta, sacándome de mi estado de shock. Yo solo puedo asentir con la cabeza.

—Alguien me ha matado anoche. Y morí con sangre de vampiro en mi sistema —digo mirando el vacío. Es justo así como me siento ahora.

Esto no puede ser más que una pesadilla.

—Ahora debes decidir si quieres completar la transición bebiendo sangre humana y convertirte en un vampiro, o no hacerlo y morir antes de que termine el día. Probablemente te queden pocas horas para decidir —una lagrima cae por su mejilla y la seco con mi pulgar.

Las palabras de Elena caen sobre mí como un balde de agua fría. Miro sus ojos, buscando alguna señal de que esto no sea real, pero su mirada me dice que es verdad. Me siento shockeado y abatido. La decisión que debo tomar es inimaginable.

—No... no puede ser... —susurro, tratando de procesar lo que me ha dicho—. No recuerdo nada, Elena. ¿Quién haría esto? ¿Katherine? —frunzo el ceño. —Pero si ella ni siquiera está interesada en seguir jugando con mis sentimientos. ¿Para que convertirme en vampiro ahora?

Elena sacude la cabeza, su expresión es de dolor y frustración.

—No lo sé. Mi hermana puede ser bastante vengativa. Y tal vez pensó que esto haría que yo me alejara de ti. Ella sabe lo que pienso del vampirismo.

El silencio se instala entre nosotros, pesado y opresivo. Las emociones se agolpan en mi pecho: miedo, ira, desesperación. No quiero morir. Pero tampoco quiero convertirme en algo que Elena odia profundamente. No ahora. Miro sus ojos, sabiendo cuánto detesta esto, cuánto aprecia su humanidad. Anoche me habló sobre sus sueños de ser madre algún día, de formar una familia... todo lo que yo ya no podré ofrecerle, nunca más.

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⏰ Última actualización: Jul 30 ⏰

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