Había una vez un joven príncipe que soñaba con recorrer el mundo, desgraciadamente sus padres no lo dejaban pues contaban que más allá de las puertas del reino todo era un caos, no saldrías vivo si vas más allá.
—Hijos míos, no recuerden mis palabras, más allá de nuestro reino todo es un caos, no hay vida, todo es blanco y negro, no os descuides si van alguna vez pues los segaran los orrores que aguardan.
El pequeño príncipe de 6 años junto con su hermano mayor de 8, escuchaban atentos cada anécdota contada por su madre la reina Catalina. En el reino gobernado tenían algo en común y es que todos tenían cabello turquesa, los de la realiza sin embargo tenían más color, el principe menor tenía el cabello celeste, su hermano mayor lo tenía raramente en color rojizo, la reina lo tenía azul y el rey lo tenía rojo opaco.
Un día nuestro príncipe
𝑨𝒘𝒊𝒕𝒂 salió a dar una vuelta por el reino junto con algunos guardaespalda, cada persona que veía al principio tenía que dar reverencia y seguir su camino. El principe sofocado de que todo el tiempo los guardaespaldas corrieran a las personas de su alrededor incluidos niños, decidio escaparse, cuando los guardias se distrajeron salió corriendo tan rápido con sus piernas le permitian.El principe awita se escondió en un callejón para después meterse en un contenedor de basura, awita vio como sus guardias corrían desesperados buscandolos, cuando awita se aseguro de que no estaba salió. Frente a el se encontraba otro niño, algo en el llamo su atención pues aquel niño tenía ojos color vino, cabello naranja, su apariencia se miraba que era vagabundo pues sus prendas estaban desgastadas y escarbaba en la basura, tal vez buscando comida.
—hee...Hola?.
—t-tu eres diferente.
Awita se acercó a él con curiosidad, agarro su cabello con delicadeza, lo empezó a tocar con intriga y maravillacion.
—Wooow, ¡están lindo tu cabello! ¿¡Eres de aquí!? No pareces ¿¡De dónde eres!? ¡Tengo tantas preguntas que me emocionan!.
—alejate—empujo con cuidado a awita — Así está mejor....Mmmm, lo siento pero veo que eres de la realiza y yo no puedo contar nada, bueno adiós, espero no volverte a ver...Ya te puedes ir.
—¡¿Qué!? ¿¡Me estás corriendo!?, Oye pero yo solo quiero ser tu amigo, me pareces alguien diferente y eso me emociona.
—Si...no está "amistad" no funcionara, ahora ¿Te puedes ir?.
Sin más argumentos y a regañadientes se tuvo que marchar e ir con sus guardaespaldas. Cuando le preguntaron dónde estaba solo contesto que estaba jugando al escondite y se suponía qué ellos lo iban a buscar.
En el castillo awita deseaba con todo su ser conocer más a aquel individuo, awita fue dónde su madre para contarle lo que le pasó hoy pero cambiando la historia.
—Mamá...Hoy conocí a un chico muy interesante, pero no me quiso hablar, por que dijo que yo era de la realeza y a nosotros no nos iba a decir nada.
—mi pequeño, tal vez se sintió intimidado por qué tú eres un príncipe, trata de encontrarlo otra vez pero está vez sin tus guardaespaldas de todas formas conoces el pueblo, tal vez y así te tienen más confianza.
—bueno...
Awita al día siguiente fue nuevamente al callejón, está vez el chico peli-naranja no estaba escarbando la basura, estaba en medio de desayuno que era un pan medio duro.