CAPÍTULO 6

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Zoro estaba en un lugar que no conocía, parecía un jardín lleno de flores, no lograba ver más allá de aquellas flores amarillas, no conocía nada de flores, así que no sabia cual era su nombre. Además de aquellas flores había un pequeño río, el cielo estaba cubierto por unas cuantas nubes, la temperatura era agradable; una brisa le dio en la cara, haciendo tintinear sus aretes dorados. Al avanzar un poco entre aquellas flores, pudo ver la silueta de una persona, tal vez si se acercaba y pedía direcciones podría saber donde estaba o mejor aun, regresar a casa; avanzó un par de pasos más.

— ¿Cocinero? — preguntó confundido el peliverde.

Sanji se encontraba a unos metros de él, este al darse cuanta de su presencia comenzó a correr, Zoro le siguió.

— ¡Hey, espera idiota! — gritó, pero el rubio no se detuvo. — ¡Sigues enojado por lo que paso ¿verdad? Se que estuvo mal, no te pido que me perdones, pero no escapes, tenemos que hablar!

Zoro lo siguio hasta lo que parecían ser unas paredes echas de plantas, al entrar se encontró con más muros de planta, en serio ¿que era eso?
gracias a los bordes podía ver al cocinero, siguió corriendo y tropezando con más paredes.

— A la mierda — dijo Zoro sacando una de sus katanas para cortar la melesa.

Al final se encontraba Sanji, este estaba mirando hacia un lado, al poner su mirada en Zoro, este se quedo quieto, aquella expresión en la cara del rubio era nueva ¿estaba enojado? aquella mirada no era la que siempre le lanzaba cada que le gritaba. Se quedaron unos segundos más así, el viento soplaba haciendo un poco de ruido; Sanji se acercó hacia él.

— Se que estas enojado, pero hay que hablar — dijo Zoro.

Sanji camino ignorando al peliverde, al estar frente a frente, tomó la mano de Zoro con su katana aún desbainada y se la clavo a sí mismo, dejando al espadachín desconcertado.

— ¿Cuándo me dejarás en paz? — soltó el rubio. — ¿Cuándo sera el día en que todo esto acabe?¿cuándo me dejarás ser libre? — decía mientras se clavaba más profundo la katana. — No haces más que estorbar, haces mi vida más miserable de lo que ya es, ¿tienes idea de lo difícil que es tener que soportar a un estúpido dominante como tú todos los puto días?

La sangre corría por su boca, mientras que su mirada se iba apagando, Zoro no sabia que hacer, seguía sin poder moverse. Sanji soltó su mano y tomó su mejilla dejando un rastro de sangre en ella.

— Sólo seré libre cuando muera, me librare de estas cadenas que he llevado desde aquel día, seré libre tanto de ti como de ellos — dijo mientras las lágrimas caían.

— Sanji, escúchame — dijo Zoro tomando sus mejillas. — Se que no he sido más que un estorbo más para ti, pero yo-

— ¡Y si lo sabes ¿por qué sigues aqui?!

— ¡Lo siento! se que estuve mal pero escu-

— ¡No necesito tus disculpas!

— ¡MIERDA, SOLO ESCÚCHAME!

— ¡SÓLO SAL DE MI VIDA ZORO, NO TE NECESITO, NO NECESITO A NADIE, DÉJAME SOLO, NO ME VUELVAS A BUSCAR, DÉJAME SER LIBRE....solo regresame la libertad que una vez llegue a pensar que tenía

Seguido de esto, todo se torno oscuro.


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Zoro despertó en su habitación, aun tenía los ojos llorosos, - todo fue una pesadilla - se repetía a sí mismo pero, ¿cuál era la diferencia de ese sueño y la realidad?, todo aquello eran las palabras que Sanji siempre le decia, solo que este ya estaba desesperado por que todo terminara, él tenido razón, desde que comenzó todo eso no fue más que una molestia en la vida del cocinero, no podía hacerlo sufrir más de lo que ya lo había echo, a pesar de que no entendió muy bien algunas partes, entendió que lo mejor seria alejarse de él y dejarlo vivir su vida. Se levantó de su futon y camino hacia la puerta, grande fue su sorpresa cuando se encontró a Sanji cerrandola.

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⏰ Última actualización: Jul 20 ⏰

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