𝟐𝟔. 𝐒𝐈𝐍𝐅𝐔𝐋 𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑𝐒

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ERRORES PECAMINOSOS


¿POR QUÉ TENÍA TANTO DOLOR?.

Tom era tan descuidado. Tan descuidado con sus sentimientos, con su bienestar. Al menos eso era lo que ella creía.

Maldita sea, él no tenía sentimientos propios, ¿Cómo podría molestarse en preocuparse por los de ella?.

Pero Rosalind no era capaz de comprender ni de relacionarse con Tom. No sabía lo que era estar desprovisto de una bendición de la vida que es al mismo tiempo una maldición.

Ella no sabía cómo era posible que no sintiera nada, porque sentía mucho más de lo necesario, mucho más que su propio bien.

Entonces, cuando deambulaba por Little Hangleton, no pudo evitar detenerse en seco al ver una tienda de regalos que exhibía muchos artículos detrás de una fina capa de vidrio.

Sin embargo, lo que le llamó la atención fue el cuaderno de cuero negro que brillaba burlonamente hacia ella. Parecía más bien un diario y le resultaba inquietantemente familiar. Rosalind estaba segura de que lo había visto antes, pero no podía imaginarse dónde podía haber visto algo así.

Y pensó, con un sentimiento de culpa, en que el cumpleaños de Tom sería dentro de unos días. Pensó en el hecho de que él había crecido en un orfanato, donde su cumpleaños no habría sido debidamente celebrado. Y pensó en comprarle el diario, pensó en intentar, paso a paso, ayudar a Tom a entender las nociones honestas del cuidado.

Quizás entonces podría mostrarle lo que realmente sentía por él.

Porque ella sabía que se había enamorado de él.

Y ella no estaba orgullosa, porque cuando entró en la tienda, compró el diario negro azabache y regresó a la posada, aceptó la realidad de que sí tenía sentimientos por Tom.

Ella tenía sentimientos por el malvado chico oscuro. El atractivo ángel caído.

Y le mataba saber que él nunca podría sentir lo mismo. Ni siquiera si quisiera.


[...]


Rosalind entró en el pub del Ahorcado, que estaba junto a la posada en la que se habían alojado. El diario que había comprado estaba guardado a buen recaudo dentro de su capa, no sin antes usar un rápido toque de magia para grabar el nombre completo de Tom en letras doradas en la tapa del diario.

Ni siquiera podía adivinar lo que Tom estaba tramando. No entendía lo que había hablado con su tío, porque ella no tenía nada que ver con el pársel.

Numerosas cabezas se volvieron hacia ella al entrar, sorprendidas de que una joven como ella estuviera deambulando sola por un pub.

Ella sabía que no debería estar allí, que realmente estaba fuera de lugar, pero no quería regresar al infierno agobiante de una posada y llorar hasta estar demasiado agotada, y ese pub era su único escape del día.

Mientras estaba sentada en un taburete frente a la barra de madera que estaba cubierta de suciedad, trató de distanciarse lo más posible de los otros ancianos sentados allí.

—Una cerveza, por favor —pidió Rosalind cortésmente, observando atentamente cómo el peludo camarero recuperaba una botella de cerveza y le abría la tapa.

Ella intentó hacer todo lo posible por ignorar las miradas espeluznantes que recibía de los hombres que la rodeaban, aunque eso la hacía sentir increíblemente incómoda.

THE DEVIL'S REDEMPTION 1 | TOM RIDDLE ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora