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A pesar que el verano no era completamente de su agrado Yunho podía rescatar algo de las estaciones calurosas, las frutas. Decir que Yunho amaba las frutillas tal vez era poco, el adoraba comer frutillas, no importa el formato, solo importaba el sabor de la frutilla.

Se podría decir que el día del castaño había comenzado algo mal, al pasar por fuera del
casino logró ver que habían potes de frutillas para poder comprar pero al llegar su momento
de comprar en la fila ya no quedaban de estas.

Algo molesto se fue hacia el aula, estaba seguro de que si le dijeran algo golpearía a esa persona solo porque no pudo comprar sus preciadas frutillas.

Volvió a sentarse en su lugar de costumbre esperando a que la profesora se hiciera presente, mirando hacia afuera sintió como alguien tocaba su hombro.

─ Frutillas. Sonríe Yunhie.─ el castaño mostró una sonrisa encantadora sentándose a su lado, lo cual se había vuelto un pequeño hábito entre ellos.

Sin decir nada tomó el pequeño pote de aquellas deliciosas frutillas y comenzó a comerlas, miro al contrario y sin decir nada busco la que para su juicio era la frutilla que más brillante, deliciosa y sana se veía.

Tomó esta con el tenedor y en silencio la llevó a la boca de Jongho, el cual recibió esta con gusto.

Observador. [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora