It was you... (Miguel O'Hara x OC)

Prólogo

Empecemos por el inicio, en esta historia hay un trasfondo que se necesita analizar antes de ahondar en ella, pero empezaremos con nuestra protagonista: Astre.

Para poder entender su historia, tenemos que entender las reglas del juego, del universo, o, en este caso, de la existencia misma.

Nuestro mundo tiene 4 planos principales: Cielo, Limbo, Tierra e Infierno, la Tierra es donde estamos tú, yo y las personas vivas y el Limbo es donde están los muertos que no van ni al cielo ni al infierno. Hay 3 reyes/dioses regidores en estos planos, en el Cielo está el Creador o comúnmente conocido como Dios, en Limbo está Muerte y en el Infierno está Lucifer, que igualmente regula la Tierra. Por ello, gracias a que Lucifer es un ser corrupto que permite que los demonios de más bajo rango deambulen por la Tierra sin ningún tipo de restricción, poseyendo, seduciendo y corrompiendo a los humanos para que hagan cosas viles e inhumanas y la humanidad se pierda. Si bien es necesario que exista el mal, debe existir un balance y Lucifer no lo respetaba de ninguna manera, provocando que los humanos, al morir, no alcanzasen nunca el cielo y siempre se quedaran en el limbo o el infierno.

Por ello, Dios estaba preocupado, pero, tal cual, los dioses no podían intervenir directamente sobre sus lacayos, porque esto podría ocasionar una disputa que podría acabar con todo lo conocido y lo que estaba por conocerse.

En esto entra nuestra protagonista, una humana que, se suponía, cambiaría todo. 

Un 14 de febrero, una humana nació en condiciones muy deplorables, de igual forma su madre ya había muerto por ser muy joven y no soportar el parto. Muerte, el rey y dios del Limbo, acudió para hacer su trabajo, llevarse el alma de ambas, la madre y el recién nacido, pero, justo al recoger el alma del último, el bebé fue reanimado por los médicos y su pequeña alma, como una esponjita, absorbió parte de la esencia y poderes de Muerte, así teniendo un alma que era mitad viva y mitad muerta, conectándola a Muerte y al Limbo de forma inmediata, ya no perteneciendo, en su totalidad, al plano terrenal del cual ella era origen.

Un poco abrumado por su error, Muerte decidió tratar de enmendarlo, un plan era matarla, pero esto no estaba permitido, pues el balance de la vida y la muerte se rompería y sería catastrófico, además que El Destino no le había indicado que ella fuese a morir en ese momento. Sin más remedio y, aprovechando que el padre no quería cuidar de la neonata, el Dios Oscuro pudo acogerla para llevarla al limbo para poder criarla, ya que era necesario mantenerla bajo vigilancia para evitar que, por sus emociones, la nena pudiera causar una hecatombe y romper ese balance tan importante.

Dios se enteró de esto, al notar un alma viva en el vacío y, de igual forma, notar que esta bebé tenía poderes mortales, por lo cual, en un juicio de 7 días donde Muerte, Dios y Lucifer asistieron, se determinó que la bebé era un ser profano.

-Este ser es un ser que no debía existir, Muerte- Dios espetó- la criatura es un ser renacido de la oscuridad mortal, ¡de la destrucción!

- ¿El gran infame Dios oscuro, tan seco y estricto cometió, un error? - Lucifer se burló- ¿Qué es esto? ¿Acaso quieres que inicie el juicio final? Porque con gusto puedo ser la última gota que derrame el vaso- añadió mientras trataba de asomarse a ver al pequeño bultito que se retorcía en los brazos del Dios Oscuro, pero Muerte alejó a la bebé de su alcance.

- ¡Silencio! Solamente quieres causar aún más desastres de los que ya causas, además, esta bebé no es un problema tan grande como lo eres tú- Muerte reprobó- lo que me lleva a considerar que este juicio es demasiado estricto y cruel para un ser tan pequeño... ¡ella ni siquiera sabe qué pasa!

- No es lo que ella sepa o no sepa, si no aplico las reglas de forma estricta, entonces el mundo entraría en rebelión y la fe se destruiría- Dios intervino.