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Hola! 🧙

Disfruten.













































































—27 de Agosto del 2023




Sus pies se movieron solos hacia el consultorio donde había salido aquel médico llamándolo.

No necesito decirle nada a Enzo porque podía sentirlo atrás suyo, callado y un poco distante pero estaba ahí. Con aquel aroma que lo había dopado apenas se cruzaron, su omega había enloquecido como si fuera todo un adolescente y casi se le había escapado un gemido de satisfacción cuando el alfa lo saludó con un beso en la mejilla y ahí pudo sentir su colonia mezclado con su aroma.

Julián no sabía si la combinación era exclusivamente a propósito o simplemente una casualidad, pero no podía creer lo adictivo que era.

El alfa había sido más puntual de lo que creyó, cuando llegó a la clínica este ya lo estaba esperando con aquellos churros -que aunque al principio se negó a recibirlo, terminó comiéndose casi media docena-. No compartieron muchas palabras hasta que se sentaron en la sala de espera, Enzo se encargó de preguntarle cómo estaba (Más de una vez) y Julián le aseguró que se encontraban bien.

Había una tensión media extraña que al omega lo ponía inquieto, no sabía si era por el hecho de que los dos estaban nerviosos por lo que venía o porque simplemente no se conocían.

Lo que era extraño porque el alfa había anudado dentro suyo.

Y eso era algo que no quería volver a recordar. Trataba de dejar en un rincón lejano y solitario de su mente los recuerdos de esa noche y sobre todo, las emociones que acompañaban aquellos.

Soltó un suspiro para concentrarse en lo importante, al cruzar por el umbral se encontró con aquel alfa mayor que lo atendió una semana atrás, le sorprendió un poco y al parecer fue notorio en su cara ya que el doctor Mauro sonrió.

—¿Cómo estás, Julián? tomen asiento, por favor.— Asintió al oírlo, sentándose al frente del escritorio.

Enzo lo hizo a su lado, seguía serio y había entrelazado sus manos en su regazo. Julián se preguntó si era notable que no había un lazo entre ellos, para él se notaba a distancia la clara no-relación que tenían.

—Bien.— Habló. —Un poco nervioso... la verdad.— admitió un poco nervioso, ignorando la mirada que sintió a su costado.

—Me imagino... ¿Mareos o Vómitos tuviste en estos días?, ¿Algún cambio?...— preguntó el alfa, la vista del mayor estaba clavada en el omega casi parecía que estaba ignorando que Enzo estaba allí.

—No, bueno sí.— una risa nerviosa se le escapó cosa que hizo al profesional fruncir el ceño. Le daba mucha vergüenza hablar de lo siguiente delante de Enzo. –Los pechos... me duelen.—

Mauro asintió mientras anotaba algo en la computadora. – Es normal, también no te asustes si comenzas a producir leche. Si duelen mucho podes venir a la guardia.— Asintió, completamente sonrojado.

— Tuve algunos mareos este fin de semana... pase por un momento bastante tenso, creo que eso fue la razón.—

—Te habíamos dicho que no te sometas a situaciones estresantes, esa fue la razón principal por la cual no supiste de tu embarazo a tiempo... tenes que cuidarte mucho a partir de ahora, por eso es importante que tengan un lazo fuerte.— Sus últimas palabras fueron dirigidas directamente a Enzo, quien asintió con seriedad.

BASTARDO. / AU Julián x EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora